Vista En: Cines Los Prados (Oviedo), sábado 18 de
febrero de 2017.
Título Original: The Healer.
Director: Paco Arango.
Guión: Paco Arango. Género: Drama.
Música: Nathan Wang. Fotografía: Javier Aguirresarobe.
Decorados: Lorne Armstrong, Robert Grani y Korayne
Romanchuk. Vestuario: Martha Curry.
Productoras: ESP-62 Producciones y Topsail Entertainment.
Presupuesto: [Desconocido].
Países: España, USA y Canadá. Año: 2017. Duración: 113 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Oliver Jackson-Cohen
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Alec Bailey
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Jonathan Pryce
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Raymond Heacock
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Camilla Luddington
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Cecilia
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Jorge Garcia
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Padre Malloy
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Batman el Perro
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Batman
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Adrian G. Griffiths
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Tom
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Kaitlyn Bernard
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Abigail
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Brian Downey
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Henry
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Suresh John
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Amir
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Gavin Liddel
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Greg
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David Rossetti
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Piloto
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Victoria Gillan
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Esposa del piloto
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Alec Bailey es un joven aún traumatizado por
la muerte de su hermano Charlie que a regañadientes acepta la oferta de un tío
suyo, al que no conoce, de mudarse un año a un pueblo canadiense a cambio de
arreglar sus deudas. Pero al llegar descubre que los del pueblo le creen un
curandero, algo que se complicará al conocer a Abigail, una adolescente con
cáncer.
Crítica: Segunda película para Paco Arango después de
Maktub [2011], en la que el creador y realizador de la serie de corta duración
El Inquilino [2004] se mete en una producción hecha 100% benéfica y dedicada a
uno de los iconos más grande del cine, en una historia que mezcla drama y
comedia con unas mínimas dosis de fantástico, combinadas con la pericia
suficiente para crear un trabajo entrañable y dotado de una enorme simpatía,
con algún punto un tanto oscuro (Alec, un hombre tan perdido en su propio dolor
que es incapaz de reconciliarse con la vida y el género humano: sus primeras
escenas en el pueblo son cómicamente demenciales; Cecilia, una veterinaria todo
candidez y ternura, a la que una guapísima y estupenda Camilla Luddington da
vida; la aparición de Abigail, un huracán de chispa, sarcasmo e ironía, cuyo
tiempo se acorta a pasos agigantados: su actitud ante ello es de quitarse el
sombrero, y Kaitlyn Bernard está inmensa). Meritoria en secundarios como
Jonathan Pryce y Jorge Garcia, el film evoca en ciertos momentos a Doctor en
Alaska [1990], además de tener algún instante de pura genialidad a retener por
los siglos de los siglos, cuyo positivismo y entusiasmo es un recetario ante la
vida (Abigail, leyendo un poema sobre respirar: extraordinario, sin paliativos;
Lunenburg, un pueblecito tan peculiar como lo era el Cicely de la serie de Rob
Morrow; Raymond Heacock, una especie de familiar y mentor de Alec, guardián de
un secreto muy gordo: a sus 70 años, Pryce es puro lujo en pantalla). Buscando
ser inspiradora y esperanzadora a la vez, cosa que logra sin dificultad alguna,
con momentos muy emotivos y fascinantes (Alec, revisando un curioso álbum
familiar), Lo que de Verdad Importa es un trabajo nimio en su acabado pero
enorme en su contenido, catapultándola al estrellato por derecho propio. Y lo
de Paul Newman, sencillamente, es conmovedor a potencia ilimitada.
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