Vista En: Youtube, lunes 6 de febrero de 2017.
Título Original: The Comedy of Terrors.
Director: Jacques Tourneur.
Guión: Richard Matheson. Género: Comedia.
Música: Les Baxter. Fotografía: Floyd Crosby.
Decorados: Harry Reif. Vestuario: Marjorie Corso.
Productoras: American International Pictures. Presupuesto: [Desconocido].
País: USA. Año: 1963. Duración: 84 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Vincent Price
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Waldo Trumbull
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Peter Lorre
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Felix Gillie
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Boris Karloff
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Amos Hinchley
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Joyce Jameson
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Amaryllis Hinchley-Trumbull
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Joe E. Brown
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Guarda del cementerio
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Beverly Hills
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Sra. Phipps
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Basil Rathbone
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Sr. John F. Black
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Alan DeWitt
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Riggs
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Buddy Mason
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Sr. Phipps
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Douglas Williams
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Doctor
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Linda Rogers
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Criada de la Sra. Phipps
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Luree Holmes
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Sirviente del Sr. Black
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: En la Nueva Inglaterra del siglo XIX, Waldo
Trumbull, un pícaro y alcohólico dueño de una funeraria, se dedica a matar a
sus futuros clientes para pagar las deudas que tiene con el dueño de su
propiedad, John F. Black. Sin recursos monetarios, Trumbull decide matar a
Black, pero debido a que éste padece catalepsia, no le será tan fácil matarlo como
él esperaba.
Crítica: El autor de La Noche del Demonio [1957] y
Tombuctú [1958] reúne al elenco estelar de Historias de Terror [Roger Corman,
1962] para montar una histérica e hilarante propuesta de la mejor comedia negra
en la que Vincent Price está sensacional como mínimo, solo eclipsado por un
Basil Rathbone con el que las risas están garantizadas de principio a fin.
Espléndida en la puesta en escena y en el vestuario para recrear esa Nueva
Inglaterra de pesadilla de Edgar Allan Poe, su tono de irreverencia está
presente en cada segundo de su metraje, creando momentos magníficos (el
discurso de Hinchley en el sepelio de Black, impagable de lo alucinante que
resulta; cada diálogo de Trumbull con su mujer, cargado de una maldad
manifiesta acompañado por una insana ironía; Trumbull y Gillie, entrando en una
casa para cometer un asesinato que asegure su negocio: un repertorio de
torpezas verdaderamente antológicas). Valiosa en la banda sonora de un
inspirado Les Baxter y sin perder ni un solo ápice de fuerza ni desinterés a lo
largo de su casi hora y media de duración, La Comedia de los Terrores,
partiendo del título La Comedia de los Errores de William Shakespeare, crea un
espectáculo con el absurdo y el desquicie como seña de identidad, llegando a
ser encantadora y entrañable en su patetismo (Gillie, un granuja de medio pelo
maltratado implacablemente por Trumbull y suspirando por la sufrida Amaryllis;
ésta, poniéndose a cantar ópera, en que si no parte la casa por la mitad es de
pura misericordia; Trumbull, hablando sobre el ataúd de Black en la cripta de
éste, ejemplo perfecto de picaresca a la enésima potencia). Condensando los
mejores puntos en su tercio final, que llega a niveles de maestría en tema de
carcajadas, duelos a espada incluidos, Tourneur rubrica una película con un
adictivo mal café donde las puyas y los dardos vuelvan por todas partes. Y,
nunca mejor dicho, envenenados.
La Puntilla: Funerarias, o el único negocio donde matar se
convierte en una forma segura de asegurarte el trabajo. ¿Irónico, verdad?.
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