Vista En: La 2, miércoles 23 de noviembre de 2005.
Título Original: Things to Come.
Director: William Cameron Menzies.
Guión: H.G. Wells, basado en su propia novela La
Forma de lo que Vendrá, publicada en 1933. Género: Ciencia Ficción.
Música: Arthur Bliss. Fotografía: Georges Perinal.
Decorados: Vincent Korda. Vestuario: John Armstrong, Cathleen Mann y Rene Hubert.
Productora: London Film Productions.
Presupuesto: ±300.000 £ (±1.110.000 $).
País: Reino Unido. Año: 1936. Duración: 89 minutos. B/N.
Reparto:
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Personajes:
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Raymond Massey
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John Cabal/Oswald Cabal
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Edward Chapman
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Pippa Passworthy/Raymond Passworthy
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Ralph Richardson
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El Patrón
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Margueretta Scott
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Roxana/Rowena
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Cedric Hardwicke
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Theotocopulos
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Maurice Braddell
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Dr. Harding
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Sophie Stewart
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Sra. Cabal
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Derrick de Marney
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Richard Gordon
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Ann Todd
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Mary Gordon
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Pearl Argyle
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Catherine Cabal
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Kenneth Villiers
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Maurice Passworthy
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Ivan Brandt
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Morden Mitani
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: En 1936 el estallido de una nueva Gran Guerra
induce al mundo a décadas de un nuevo conflicto armado, destruyendo la
civilización casi por completo. En 1970, con la guerra recién acabada, un
piloto viaja a Inglaterra para inspeccionar el país, pero es detenido por El
Patrón, un caudillo que se ha hecho con el poder y quiere otra guerra para
gobernar el mundo.
Crítica: Terrible pero no falta de acierto proyecto
del realizador de La Araña [1931] y de Te Quise Ayer [1933], dando en el banco en
un par de aspectos de su guión como de su narración, que tienen la fortuna de
tener a un maestro de la ciencia ficción como H.G. Wells para elaborar un
futuro poco halagüeño pero no falto de interés, y que cuenta también con un
Ralph Richardson que es sencillamente sublime (El Patrón, quintaesencia de la
avaricia, la barbarie y todo lo obsceno y perverso del ser humano: sus charlas
con un viejo Cabal o sus continuas quejas dan fe de ello; la forma en que el
mundo se ve abocado a la guerra tras la de 1914, con resultados más letales y
aniquiladores que la de entonces; el diseño de los aviones de 1970, así como
del vestuario de los hombres y mujeres del futuro, un tanto estrafalario pero
que cumple con sus cometidos de ser como de algo muy diferente; su último
tercio, que hace un nuevo salto en el tiempo para retratar un mundo con un año
más que lejano con respecto a su fecha de estreno). Una puesta arriesgada pero
valiente con detalles bien planteados y unas actuaciones magníficas, que hacen
de La Vida Futura una pequeña delicia del cine que maneja unas coordenadas en
teoría hipotéticas, pero fascinantes de todo punto (los humanos del futuro,
capaces de comunicarse con simples pulseras; la fotografía y el uso de
panorámicas, aprovechando todo el espacio disponible para sus escenarios; el
discursito de Theotocopulos, más interesante por la manera en que se hace que
por lo que dice). Una reflexión sobre la humanidad y su posible futuro a
caballo entre lo razonable y lo irreflexivo que luce soberbia por el modo de
eludir lo superfluo para centrarse en otras cosas (su elusión de quien es “el
enemigo” durante la guerra). Reluciente propuesta que quizá peca de fantasiosa,
pero que juega con un material de primera clase. Y lo sabe usar increíblemente
bien.
La Puntilla: No existe sociedad tan perfecta que esté
libre de la sombra del odio fanático y del irracional deseo del poder y la
destrucción.
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