Vista En: Youtube, jueves 2 de marzo de 2017.
Título Original: Les pyramides d’Égypte.
Directores: Corentin Charron, Lise Corriol, Olivier Lafay
y Nicolas Mrikhi.
Guión: Corentin Charron, Lise Corriol, Olivier Lafay
y Nicolas Mrikhi. Género: Animación.
Música: Kalina Swiatnicka. Dirección Artística: [Desconocido].
Productoras: Supinfocom y Tu Nous ZA Pas Vus Productions.
Presupuesto: [Desconocido].
País: Francia. Año: 2013. Duración: 4 minutos. Color.
Voces Originales:
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Personajes:
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[Inexistente]
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: En El Cairo en 1920, un arqueólogo que hace
excavaciones en la zona de las Pirámides de Giza, encuentro un pequeño objeto
que, al tocarlo, hace un asombroso descubrimiento sobre las pirámides. Pero
cuando acude a examinarlo personalmente con más detenimiento, comete el error
de dejar el pequeño objeto al lado de su montura, un enorme y glotón camello.
Crítica: Sencilla y a la par simplista micro-película
que recurre como premisa principal a la única de las Siete Maravillas del mundo
antiguo en sobrevivir al paso de las eras como es la Gran Pirámide de Keops,
objeto en esta ocasión de un trabajo a ocho manos el cual pasa como una
exhalación en sus fugaces cuatro minutos de duración, eficiente en materia de
animación por ordenador como en la banda sonora que lo acompaña, que se
mantiene fiel a la idea de eliminar todo diálogo para que la imagen sea el
único elemento de lenguaje a usar (el arqueólogo, encontrando el susodicho
objeto, algo que es imposible que él identifique con algo conocido pero que
cualquiera nacido décadas más tardes lo reconocerá como lo que realmente es; la
primera vez que lo pulsa, provocando sin pretenderlo que la Gran Pirámide
destape el gran secreto que se esconde bajo ella: algo realmente grande pero de
narices; una puerta de entrada, cerrándose sin previo aviso: su rauda
explicación augura el inicio de un puzzle de múltiples caras...y al que no le
falta ingenio). Con algún detalle solapado pero que ahí está como la apariencia
física del arqueólogo, basada en la de Howard Carter (quien a junto a Lord
Carnarvon, descubrió la tumba de Tutankamón en 1922), Las Pirámides de Egipto
supone la enésima revisión de unos de los enigmas más fascinantes y conocidos
del mundo, que se sirve en bandeja de plata como toque de atención sobre lo
poco que quizá se sepa de ellas (la cara del camello, cuando en cierto instante
deja de comer y se queda de una pieza; éste, que no habla pero que sí parece
tener cierto grado de inteligencia, al hacerle un gesto con la cabeza a su amo
humano; la propia duración: ¿cómo con semejante idea no le metieron dos o tres
minutos más para extenderla y sacarle más partido?). Salvo nimios defectillos,
un pequeño pero logrado ejercicio de comicidad, a costa de la Pirámide de Giza.
La Puntilla: Si eso pasa con las pirámides, miedo me da lo
que podría pasar con la Gran Muralla China de encontrar algo parecido.
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