“Criticaen25” es un punto de encuentro para todos los cinefilios, habitantes del séptimo planeta del sistema solar de las artes. Una propuesta amena y divertida a la par que abierta al debate y a la reflexión en la que, tan diariamente como sea posible, se irán comentando películas de todos los tiempos, con independencia de su género o fama. Un lugar en donde relajarse y disfrutar de un rato agradable en buena compañía.

La Isla Mínima [2014]

 Publicado El: Lunes, 10-Ago-2015. Nº De Serie: C25/TCM/0000098.
 Vista En: Cines Los Prados (Oviedo), sábado 27 de septiembre de 2014.
 Título Original: La Isla Mínima.
 Director: Alberto Rodríguez.
 Guión: Alberto Rodríguez y Rafael Cobos. Género: Intriga.
 Música: Julio de la Rosa. Fotografía: Alex Catalán.
 Decorados: Gigia Pellegrini. Vestuario: Fernando García.
 Productoras: AXN, Atresmedia Cine, Atresmedia, Junta de Andalucía, Atípica Films, Audiovisual Aval SGR, Canal Sur Televisión, Canal+ España, Instituto de Crédito Oficial, Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales y Sacromonte Films. Presupuesto: ±4.000.000 € (±4.400.000 $).
 País: España. Año: 2014. Duración: 105 minutos. Color.

Reparto:
Personajes:
Raúl Arévalo
Pedro
Javier Gutiérrez
Juan
Antonio de la Torre
Rodrigo
Jesús Castro
Quini
Nerea Barros
Rocío
Salvador Reina
Jesús
Jesús Ortiz
Andrés
Jesús Carroza
Miguel
Cecilia Villanueva
María
Miguel Ángel Díaz
Castro
Juan Carlos Villanueva
Juez Andrade
Manolo Solo
Periodista de El Caso

 
(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)

 Argumento: En 1980, Pedro y Juan son dos policías de Madrid son enviados a un remoto pueblo de Andalucía para encontrar a dos hermanas adolescentes, desaparecidas un par de días atrás. Según comienzan sus indagaciones, ambos se dan cuenta de que no son las únicas chicas que se han desvanecido, y que en el pueblo podría ocultarse un asesino en serie que mata impunemente.

 Crítica: Turbia historia policial que cuenta con una ambientación que revive la sociedad de aquellos años (el vestuario, el interior de las viviendas), en un país que todavía no había superado el Franquismo ni aceptado enteramente la democracia. Es en este conflicto donde mejor se mueve la película, gracias sobretodo a sus protagonistas, dos agentes de sistemas policiales diferentes (uno represor, el otro democrático), destinados a entenderse muy a su pesar. De pausado ritmo narrativo al igual que su partitura, sosegada pero a la vez intranquilizadora, Rodríguez muestra una España profunda anclada en viejas tradiciones y entornos opresivos (los policías, visitando a una vidente; Pedro y Rocío en el campo, junto a una cruz usada como un altar, con fotos antiguas). Dotada de un atmosférico sentido del vacío (el pueblo sin nombre; esas tomas aéreas de las marismas, como mostrando la desolación de un lugar en donde el tiempo se ha detenido), éste se transmite también a sus personajes, que deambulan por un mundo en el que pasado y presente conviven de maneras incómodas (las fotos de Franco y Juan Carlos I colgando una junto a otra, en diversas paredes; los respectivos pasados de Pedro y Juan). Si bien se echa en falta una acción más trepidante o una interacción más vital (los dos policías, de taciturno carácter, se lanzan lánguidas miradas, hablando lo mínimo), es esta postura de “lento pero seguro” en el que la película encuentra su punto fuerte, revelando poco a poco las miserias y vicios de un país donde el dinero era sinónimo de impunidad y en donde el valor de una vida humana se medía por su condición política. Con un lúgubre guión (el hallazgo de cadáveres en el río; los negativos de las fotos; el rapto de otra chica), Rodríguez dirige un filme donde nada ni nadie es lo que parece ser. Un juego del gato y el ratón tenso, cuidado y refinadamente inquietante. Cine negro marca España. 

 La Puntilla: De nada sirve la placa en un pueblo perdido en mitad de ninguna parte, sobretodo si quien manda está por encima de la ley.
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