Los Cazafantasmas II [1989]

 Publicado El: Martes, 14-Jul-2015. Nº De Serie: C25/TCM/0000049.
 Vista En: Tele 5, miércoles 4 de agosto de 1993.

 Título Original: Ghostbusters II.

 Director: Ivan Reitman.

 Guión: Dan Aykroyd y Harold Ramis. Género: Fantástico.

 Música: Randy Edelman. Fotografía: Michael Chapman.

 Productora: Columbia Pictures. Presupuesto: ±34.000.000 $.

 País: USA. Año: 1989. Duración: 108 minutos. Color.

Reparto:	Personajes:
Bill Murray	Peter Venkman
Dan Aykroyd	Ray Stanz
Harold Ramis	Egon Spengler
Ernie Hudson	Winston Zeddmore
Sigourney Weaver	Dana Barrett
Rick Moranis	Louis Tully
Annie Potts	Janine Melnitz
Peter McNichol	Dr. Janosz Poha
Kurt Fuller	Jack Hardemeyer
David Margulies	Alcalde Lenny Clotch
Michael P. Moran	Frank el portero
Wilhelm von Homburg	Vigo el Cárpato

 (Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)

 Argumento: Cinco años después de salvar Nueva York de Gozer, el equipo de los Cazafantasmas ha tomado caminos distintos, quedando en el olvido. Sin embargo, el reciente descubrimiento de un río de ectoplasma que fluye bajo la ciudad les induce a pensar que está relacionado con el retrato de un tirano medieval del Museo de Arte de Manhattan, Vigo el Cárpato.

 Crítica: Floja continuación del original pese a contar con el mismo equipo y director, en que se nota y mucho el cambio de época (cinco años bastan para evidenciar el salto generacional). Un cambio que se percibe no solo en todos sus reparto, si no también en sus efectos especiales como la aparición de un corredor fantasma, el breve plano de un barco en el puerto o toda la escena de la Estatua de la Libertad, la más cantosa y menos lograda de todas. A un elenco ya conocido se unen un joven Peter McNichol, hilarante en su papel de Janosz (apuntando maneras a la hora de escoger papeles de raro) y un Kurt Fuller convertido en el villano cómico de la película, heredando el rol, que no el mismo papel, que hizo en su día William Atherton, con divertidas a la par que estrambóticas consecuencias. Adoleciendo un guión más trabajado, éste consigue crear algunas secuencias espectaculares (el río subterráneo o el tren fantasma), aunque el resto se precipita por las pendientes de la mediocridad (Janosz, convertido en espectro, secuestrando a Óscar; o la bañera buscando capturar a madre e hijo). Aún así, y mediante unos ingeniosos apuntes en su libreto (la referencia a Rodolfo Valentino; un carricoche moviéndose solo por la calle), el interés no llega a decaer del todo, si bien el cambio de villano termina por ser decepcionante (¿un brujo medieval contra un milenario dios sumerio?. ¡Por favor!). Con una música que tampoco acaba de cuajar obra de Randy Edelman (el pobre hace lo que puede) y una puesta en escena que no explota todas las posibilidades, la secuela del éxito de 1984 se transforma en un producto que funciona a medio gas y que, aún con diálogos brillantes (los operarios, interrogando a los cazafantasmas en la calle), no consigue el nivel para ser una digna sucesora, quedándose en un relativo olvido del que cuesta sacarla. Triste epitafio para un título que merecía mucha mejor suerte.

 La Puntilla: Cuadros vivientes, estatuas aplanando coches, un ayudante algo tontorrón y un río lleno de mocos de color rosa. ¿Me dejo algo?.

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