Publicado El: Jueves, 16-Jul-2015. Nº De Serie: C25/TCM/0000052.
Vista En: TCM, jueves 11 de junio de 2015.
Vista En: TCM, jueves 11 de junio de 2015.
Título Original: Cool Hand Luke.
Director: Stuart Rosenberg.
Guión: Donn Pearce y Frank Pierson, basado en la
novela homónima de Donn Peace, publicada en 1965. Género: Drama.
Música: Lalo Schifrin. Fotografía: Conrad L. Hall.
Decorados: Fred Price. Vestuario: Howard Shoup.
Productora: Jalem Productions. Presupuesto: ±3.000.000 $.
Productora: Jalem Productions. Presupuesto: ±3.000.000 $.
País: USA. Año: 1967. Duración: 126 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Paul Newman
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Luke Jackson
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George Kennedy
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Dragline
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J.D. Cannon
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Society Red
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Lou Antonio
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Koko
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Robert Drivas
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Loudmouth Steve
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Strother Martin
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Capitán
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Jo Van Fleet
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Arletta
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Clifton James
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Carr
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Marc Cavell
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Rabbitt
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Robert Donner
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Jefe Shorty
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Morgan Woodward
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Jefe Godfrey
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Luke Askew
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Jefe Paul
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Argumento: Luke Jackson es un hombre enviado a una
cárcel sureña debido a su carácter conflictivo. Una vez allí, negado a aceptar
cualquier autoridad, se verá convertido en el héroe del resto de presos debido
a su rebeldía, pero también en el blanco de sus carceleros, quienes no cejarán
en el empeño por encarrilarle a toda costa y que éste enderece su reticente
personalidad.
Crítica: Rosenberg, curtido director en series de
televisión, firma uno de sus primeros trabajos para el cine haciendo una
fenomenal adaptación del libro de Pearce gracias exclusivamente a un Paul
Newman que eclipsa con su sola presencia el resto de intérpretes (Luke,
apostando ser capaz de tragarse 50 huevos de una sentada: su resolución asombra
por sí sola). Una visión cruda y melancólica acerca de la vida en prisión que,
absorta en su propio mundo, se olvida a propósito del exterior para crear una
atmósfera un tanto envolvente (los presos, mirando unas fotos de Luke de su
vida en la ciudad; el constante plano de unas gafas de sol, de presencia
intimidatoria). Irónica y descarnada en algunos pasajes, el guión de Pearce y
Pierson logra transformar trabajo en alegría y condena en diversión, en una
curiosa vuelta de tuerca que arranca una sonrisa por su brillantez (Luke y el resto
de los presos, alquitranando una carretera). Facturada de manera edificante por
la música de un Lalo Schifrin sin mácula, tan diestro como para capturar la
esencia de la película con solo unos pocos acordes de guitarra, y la fotografía
de Conrad L. Hall, retratando muy bien el lado menos amable de Florida (el
aspecto de la cárcel; ésta, en mitad de la nada más desoladora; los intentos de
Luke por fugarse), Newman traza una de sus mejores actuaciones, transformando a
Luke en el arquetipo de la rebeldía, un hombre de vida triste y miserable al
que irónicamente la cárcel le da un motivo para vivir (el prólogo, con Luke en
plena borrachera arrancando parquímetros). Hipnótica y enérgica, la labor de
Stuart Rosenberg tras la cámara se salda con un modélico largometraje enmarcado
dentro del subgénero de los dramas carcelarios que, aún con lo indigesto de
algunas de sus escenas (los jefes, demostrando su autoridad como mejor saben),
se da el lujo de convertir a delincuentes en seres humanos. De quitarse el sombrero.
La Puntilla: “No me doblegó la poli. No me doblegó el
juez. ¿De verdad os pensáis que vais a conseguirlo vosotros?”.
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