El Corredor del Laberinto: La Cura Mortal [2018]

 Publicado El: Miércoles, 31-Ene-2018. Nº De Serie: C25/TCM/0002502.

 Vista En: Cines Los Prados (Oviedo), sábado 27 de enero de 2018.

 Título Original: The Maze Runner: The Death Cure.

 Director: Wes Ball.

 Guión: T.S. Nowlin, basado en la novela homónima de James Dashner, publicada en 2011. Género: Ciencia Ficción.

 Música: John Paesano. Fotografía: Gyula Pados.

 Decorados: Anneke Botha. Vestuario: Sanja Milkovic Hays.

 Productoras: Twentieth Century Fox, Temple Hill Entertainment y Gotham Group. Presupuesto: ±62.000.000 $.

 País: USA. Año: 2018. Duración: 142 minutos. Color.

Reparto:	Personajes:
Dylan O’Brien	Thomas
Ki Hong Lee	Minho
Kaya Scodelario	Teresa
Thomas Brodie-Sangster	Newt
Dexter Darden	Fritanga
Will Poulter	Gally
Jacob Lofland	Aris
Rosa Salazar	Brenda
Giancarlo Esposito	Jorge
Patricia Clarkson	Ava Paige
Aidan Gillen	Janson
Barry Pepper	Vince

 (Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)

 Argumento: Thomas y el resto de los supervivientes del laberinto consiguen rescatar un convoy de un tren de CRUEL, donde se llevaban pacientes para su estudio. Pero fallando al rescatar a Minho, Thomas decide ir a por él junto a Newt y Fritanga, mientras que en la última ciudad humana, Teresa y la Dra. Ava Paige intentan encontrar la cura para el Virus del Destello.

 Crítica: Finalización de la trilogía comenzada con El Corredor del Laberinto [Ball, 2014] con una cinta grande en duración como en ambiciones, pospuesta más de un año por el accidente casi mortal sufrido por O’Brien, y que con el lema de Salvar al Soldado Ryan {«La misión es un hombre»} lo que hace es un ejercicio metódico del “menos es más” en la que todas las historias confluyen entre si, pero con resultados irregulares (Barry Pepper, testimonial y fugaz en presencia igual que otros actores más entrados en años; Brenda, debatiendo con Thomas sobre salvar a todo el mundo, abriendo brecha en la mentalidad del héroe; Paige y Teresa, buscando con avidez una posible cura para el virus experimentando con los inmunes: Clarkson sigue estando genial y Scoledario eficiente, pero sin destacar). Más interesante en secundarios que en protas y sobria en fotografía como en una banda sonora que tampoco destaca mucho, la tercera película de Ball se resume en una serie de clichés que funcionan a las mil maravillas, pero que arrastran toda posible originalidad y la mandan al olvido por la vía rápida (Janson, elemento caótico-perverso al que se le venir de lejos, y con el que Gillen se lo pasa pipa; la visita de Thomas y amigos a Lawrence, un estupendo Walton Goggins bastante más contenido y deformado de lo que suele ser habitual en él; el tercer acto, donde la acción desmedida y brutal se mezcla con el drama personal: trepidante, pero sin salir jamás de una enorme predictibilidad). Un cierre adecuado, espectacular en su medida pero carente de la fuerza necesaria para adquirir la épica que podría haber tenido, si bien los efectos especiales están a la altura de lo requerido, el cual se sirve como un entretenimiento con algunos puntos muertos y detalles muy obvios (el viaje hacia la última ciudad y su posterior llegada; Teresa, mirando una especial muestra de sangre), situándola en una cómoda medianía.

 La Puntilla: Sin falta del tarot o una bola de cristal, hay pelis que se puede saber qué pasará con media hora de adelanto. Y sin fallar.

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 ★★★★★

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