Vista En: Cines Los Prados (Oviedo), sábado 26 de agosto de 2017.
Título Original: The Hitman’s Bodyguard.
Director: Patrick Hughes.
Guión: Tom O’Connor. Género: Acción.
Música: Atli Örvasson. Fotografía: Jules O’Loughlin.
Decorados: Orlin Grozdanov y Claire Nia Richards. Vestuario: Stephanie Collie.
Productoras: Campbell Grobman Films, Cristal Picturesst Light Media, Millennium Films, Skydance Media, Tom de Molr y Nu Boyana Film Studios Productions. Presupuesto: ±30.000.000 $.
Países: USA, China, Bulgaria y Países Bajos. Año: 2017. Duración: 118 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Ryan Reynolds
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Michael Bryce
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Samuel L. Jackson
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Darius Kincaid
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Gary Oldman
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Vladislav Dukhovich
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Élodie Yung
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Amelia Roussel
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Salma Hayek
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Sonia Kincaid
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Joaquim de Almeida
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Jean Foucher
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Kirsty Mitchell
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Rebecca Harr
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Sam Hazeldine
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Garrett
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Tine Joustra
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Renata Casoria
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Yuri Kolokolnikov
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Ivan
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Michael Gor
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Livitin
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Barry Atsma
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Moreno
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Dos años después de perder su status como un guardaespaldas de primera clase, Michael Bryce recibe de su ex novia el encargo de llevar a Bruselas al asesino a sueldo Darius Kincaid para declarar contra el presidente de Bielorrusia. Pero éste envía a una serie de sicarios para que los asesinen a los dos, haciendo de la travesía una auténtica pesadilla para los dos.
Crítica: En su tercera película después de Red Hill [2010] y Los Mercenarios 3 [2014], Hughes revienta {que no reinventa} la fórmula de las buddy movies a fin de poner a dos personajes 100% antagónicos y con ganas de matarse pero que se necesitan para sobrevivir, metidos en una carrera contrarreloj a fin de llegar a tiempo para testificar y cuya rivalidad es su baza más importante (su primer encuentro en un piso franco, sacando a relucir un pasado común poco amistoso; la charla que ambos mantienen en un barco, de los pocos instantes serios donde la línea del bien y del mal se difumina de modos muy debatibles e interesante; Bryce, en primer plano, quejándose de Kincaid mientras en la calle detrás de él se está desatando un infierno: sin palabras). Limitando para mal a parte del elenco y con un Gary Oldman en su enésima transformación física para revalidar que el oro de la mina de su maestría actoral no se acaba nunca, El Otro Guardespaldas, título mucho más acertado que su original “El Guardaespaldas del Asesino”, es una astracanada consciente de serlo, hecha para reírse con ella a base de momentos y gamberradas imposibles (Samuel L. Jackson, plenamente consciente de la película donde está y qué debe hacer: él solo la lleva donde le da la gana; la cara de Bryce descubriendo porqué su vida se fue al garete dos años atrás, un epic moment de fábula; Elodie Yung y Salma Hayek, demasiado desaprovechadas y luciendo por la mínima para, al menos, decir que algo hicieron). Predecible hasta la médula en ciertas partes y espectacular en algunas otras (Dukhovich activando el “Plan B”; Joaquim de Almeida: solo de verle ya se sabe quién y qué es), todo en la película va como un reloj suizo para ser fácilmente una PMA (“Película en Modo Avión”), donde todo cuanto hay que hacer al verla es desconectar y disfrutar del viaje. Y el flashback de Kincaid conociendo a Sonia, otra gamberrada de primera.
La Puntilla: Nick Furia y Deadpool buscando que encarcelen al Comisionado Gordon, y mejor me callo. O me envenenaré con mi propia lengua.
Mi
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★★★★★
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