Vista En: TCM, miércoles 22 de noviembre de 2017.
Título Original: Kikujirô no Natsu [N. del T.: Kikujiro’s
Summer].
Director: Takeshi Kitano.
Guión: Takeshi Kitano. Género: Comedia.
Música: Joe Hisaishi. Fotografía: Katsumi Yanagijima.
Decorados: [Desconocido]. Vestuario: [Desconocido].
Productoras: Bandai Visual Company, Nippon Herald Films,
Office Kitano y Tokyo FM Broadcasting Co. Presupuesto: [Desconocido].
País: Japón. Año: 1999. Duración: 122 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Beat Takeshi
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Kikujiro
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Yusuke Sekiguchi
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Masao Sugiyama
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Kayoko Kishimoto
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Esposa de Kikujiro
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Gurêto Gidayû
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Motero
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Rakkyo Ide
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Amigo del motero
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Akaji Maro
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Loco
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Yûko Naike
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Madre de Masao
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Fumie Hosokawa
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Chica malabarista
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Nezumi Imamura
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An-chan
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Bîto Kiyoshi
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Hombre en la parada de bus
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Daigaku Sekine
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Jefe Yakuza
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Kazuko Yoshiyuki
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Abuela de Masao
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Masao es un niño pequeño que vive con su
abuela, después que sus padres le dejasen con ella. Cuando un matrimonio amigo
de la abuela se encuentra con Masao intentando irse de la ciudad en busca de su
madre, ella convence a su marido para que lleve a Masao a visitarla,
emprendiendo así un viaje repleto de anécdotas y situaciones a cada cual más
estrafalaria.
Crítica: Rompiendo y no por azar con su imagen de duro
después de títulos emblemáticos como Policía Violento [1989] y Sonatina [1993],
el realizador y actor Takeshi Kitano vuelve más o menos al tiempo en que
presentaba Humor Amarillo [1986] para ofrecer su imagen más cómica y distendida
con un film de realismo mágico no exento de un tono de drama entremezclado a
las mil maravillas, sirviéndose como una composición capaz no solo de secuencia
de pura risotada con otros algo más serios (la insólita amistad que va
forjándose entre Masao y Kikujiro, dos personas que por motivos diferentes se
quedan al margen de una sociedad donde el grupo lo es todo; los lánguidos instantes
de silencio de sus personajes, inexpresivos pero a la vez como ensimismados en
la tristeza de su soledad; el intento de Kikujiro por nadar, tan impagable y a
la vez patético al igual que su numerito fingiendo ser ciego: dos puntazos en
toda regla). Trufada de momentos realmente estelares y con suficiente tino para
hacer de cada escena una experiencia enriquecedora a los sentidos, El Verano de
Kikujiro se alza por derecho propio como uno de los mejores filmes de su autor,
alucinógeno por definición y con una fotografía de gran belleza al igual que la
maravillosa música de un excepcional Joe Hisaishi (Kikujiro, un ex yakuza de
modales rudos, perfecto contrapunto a la melancolía infantil de Masao; éste,
jugando con los dioses de la mitología nipona al escondite inglés en un cielo
estrellado: inconmensurable; ambos, parando un coche, usando el método menos
acertado para ello: fascinante que, incluso en su dramatismo, la escena es de
no parar de reír; sus paisajes, verdaderas postales del país a las que es imposible
resistirse incluso en sus urbanismos). Una película muy lenta de narración,
enormérrima de contenido, con un final entre lo sencillo y lo precioso, que
deja el sabor de boca de una irrepetible exquisitez.
La Puntilla: La peor tragedia asociada a crecer es perder el
vivir en aquellos mundos de magia y fantasía que nunca deberíamos abandonar.
Mi
Valoración
★★★★★
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