Vista En: Youtube, jueves 14 de septiembre de 2017.
Título Original: In a Heartbeat.
Directores: Esteban Bravo y Beth David.
Guión: Esteban Bravo y Beth David. Género: Animación.
Música: Arturo Cardelús. Dirección Artística: [Desconocido].
Productora: Ringling College of Art Design. Presupuesto: [Desconocido].
País: USA. Año: 2017. Duración: 4 minutos. Color.
Voces Originales:
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Personajes:
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[Inexistente]
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Un chico de secundaria está enamorado de un
compañero de su instituto, pero su timidez le impide declararse y expresarle
sus sentimientos. El problema viene cuando súbitamente su corazón, incapaz de
contenerse, se sale de su pecho y vuela directo hacia ese compañero, haciendo
que el chico vaya a toda velocidad a detener a su corazón antes de que sea
tarde.
Crítica: Bravo y David, estudiantes de la universidad
Ringling College of Art Design, presentan su tesis audiovisual en forma en una
preciosista y honesta historia de amor con el ligero y a la vez extraordinario
matiz de hacer que los dos personajes centrales sean chicos, alterando para
bien las reglas del juego y haciéndolo con una animación y una banda sonora
agradable lo segundo y vibrante lo primero, evitando muy inteligentemente
cualquier cliché gracias a lo brevísimo de su duración (el diseño de los
personajes y de los escenarios, cuya calidad y sencillez lo acerca a algunos
títulos de la factoría Disney tipo Frozen [Chris Buck y Jennifer Lee, 2013]; el
momento en el que el corazón abandona el pecho de su dueño en busca de estar en
manos de otra persona, no solo divertido si no encantador en lo simplista del
corazón, un pequeño y flotante ser que solo busca ir con quien desea estar; el
protagonista, tirando de su fugado corazón para recuperarlo, fragmentándose
irremediablemente porque esta se agarra al objeto de su adoración: sin
palabras). Prescindiendo de diálogos pero no de un mensaje reconciliador que
mantiene las formas de la sobriedad, En un Latido es un canto al amor envuelto
en formato pequeño, mágico y tierno hasta lo indecible, en el que hay hueco
para todo, incluso en lo obviamente apurado de su narración (el segundo chico,
mirando las caras de sus compañeros de su alrededor, que presencian una escena
con ojos algo suspicaces; la total ausencia de poses “plumíferas” que pudieran
arruinar la historia, algo a agradecer para salirse del topicazo del gay
amanerado estilo Nathan Lane en Una Jaula de Grillos [Mike Nichols, 1996]; el
final, sencillo y simbólico, o como dejar un dulce sabor de boca sin decir ni
una sola palabra). Un trabajo ciertamente excepcional, digno de una
continuación en formato de largometraje, que rompe tabúes sobre la importancia
de amar. Fetén.
La Puntilla: Basta de armarios. De represiones. Y de
ocultar los sentimientos en vez de expresarlos a los cuatro vientos.
Mi
Valoración
★★★★★
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