Vista En: Gnula.nu, miércoles 20 de diciembre de 2017.
Título Original: Army of Darkness.
Director: Sam Raimi.
Guión: Sam e Ivan Raimi. Género: Terror.
Música: Joseph LoDuca. Fotografía: Bill Pope.
Decorados: Michele Poulik. Vestuario: Ida Gearon.
Productoras: Dino De Laurentiis Company, Renaissance
Pictures y Universal Pictures. Presupuesto: ±11.000.000 $.
País: USA. Año: 1992. Duración: 96 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Bruce Campbell
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Ash
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Embeth Davidtz
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Sheila
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Marcus Gilbert
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Lord Arthur
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Ian Abercrombie
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Sabio
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Richard Grove
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Duque Henry el Rojo
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Timothy Patrick Quill
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Herrero
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Michael Earl Reid
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Diente de oro
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Bridget Fonda
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Linda
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Patricia Tallman
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Bruja poseída
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Theodore Raimi
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Guerrero Cobarde
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Sara Shearer
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Anciana
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Después de ser absorbido por un portal
sobrenatural convocado para derrotar a un demonio, Ash Williams se encuentra a
si mismo atrapado en el año 1300 d.C. Llevado a la fortaleza de Lord Arthur,
logra encontrar el modo de volver: viajar a una lejana torre para hacerse con
el Necronomicón. Pero en su intento de obtenerlo desata una indecible maldad.
Crítica: Volviendo al universo de demonios y muertos
vivientes que concibió originalmente en Posesión Infernal [1981], Sam Raimi
rueda una tercera parte que prosigue justo donde acabó la segunda
Terroríficamente Muertos [1987], pasando de cabañas en bosques a una Edad Media
donde todo es posible y el punto gamberro se potencia hasta el infinito,
gracias única y exclusivamente a un Bruce Campbell histriónico y fuera de serie
(Ash, un antihéroe en toda regla que pasa de moralidades y otras fantasías de
nobleza: su explicación de lo que es su “escoba de fuego” a las gentes de Lord
Arthur es de reír hasta el dolor de estómago; el cambio de voz española en
Bruce Cambpell, primero de Juan Antonio Castro a Antonio García Moral y ahora
de Moral a José Antonio Ceinos: ¿tan difícil es dejarle una voz definitiva?;
una víctima, arrojada a un foso: una espera de ver qué pasa cuya conclusión
es...tan exagerada que se convierte en cómicamente épica). Metiendo su habitual
estilo nada contenido y haciendo del exceso su principal arma a base de humor
negro, El Ejército de las Tinieblas va directa el grano a fin de poner de
vuelta y media la Edad Media y el género de terror a partes iguales, logrando
secuencias magníficas (Ash, debatiéndose entre tres Necronomicón, teniendo que
decidir cual es el verdadero y cual no: tanto o más cómico que recitar una
frase mágica, eterno remanente de Ultimátum a la Tierra [Robert Wise, 1951];
todo un ejército de esqueletos, surgiendo de sus tumbas para tomar el control
del mundo de los vivos: un homenaje, directo y sin concesiones, a Jasón y los
Argonautas [Don Chaffey, 1963], hilarante y genial). Teniendo el mismo detalle
de poseer una duración escasa pero altamente aprovechada y una breve, brevísima
Bridget Fonda, la cinta es un reguero excelencia que pasa de grandezas
espirituales y se toma a cachondeo hasta la saciedad. Lo del molino lo
demuestra.
La Puntilla: Ripley y el Alien, Drácula y Van Helsing, Ash
y el Necronomicón. Hay mezclas destinadas a ser irresistiblemente adictivas.
Mi
Valoración
★★★★★
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