Vista En: Cines Los Prados (Oviedo), domingo 5 de
noviembre de 2017.
Título Original: The Little Vampire 3D.
Directores: Richard Claus y Karsten Kiilerich.
Guión: Richard Claus y Larry Wilson, inspìrado en la
novela homónima de Angela Sommer-Bodenburg, publicada en 1979. Género: Animación.
Música: Vidjay Beerepoot. Dirección Artística: Sten Mesterton.
Productoras: A. Film, Ambient Entertainment GmbH, Cool
Beans, Rothkirch Cartoon Film, Storm Post Production y Telescreen.
Presupuesto: ±10.000.000 $.
Países: Holanda, Alemania, Dinamarca y Reino Unido. Año: 2017. Duración: 83 minutos. Color.
Voces Originales:
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Personajes:
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Rasmus Hardiker
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Rudolph y Gregory Sackville-Bagg
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Amy Saville
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Tony Thompson
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Jim Carter
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Rookery
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Joseph Kloska
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Maney
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Phoebe Givron-Taylor
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Anna Sackville-Bagg
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Tim Pigott-Smith
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Frederick Sackville-Bagg
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Alice Krige
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Freda Sackville-Bagg
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Julia Rhodes
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Dottie Thompson
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Kevin Otto
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Bob Thompson
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Diane Wilson
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Emma/Tía Ashley
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Graham Clarke
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Otto
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Miriam Margolyes
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Wulftrud
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Huyendo del temible cazavampiros Rookery, un
joven vampiro llamado Rudolph Sackville-Bagg casualmente conoce a un niño
mortal, Tony Thompson, al que le obsesionan los vampiros que está de vacaciones
con sus padres en Alemania. Pese a la desconfianza de Rudolph, ambos unirán
fuerzas para derrotar y Rookery y salvar a todo el clan vampiro de Rudolph.
Crítica: Diecisiete años después del film homónimo
dirigido por Uli Edel, el tándem formado por Claus y Kiilerich reinventa el
universo vampírico creado por Sommer-Bodenburg que previamente ya había sido
llevado a televisión en la serie del mismo título de 1986, llevándolo al
terreno de una animación por ordenador que pivota entre lo sobrio y lo
excelente en la descripción de los personajes y con una duración en exceso
corta, pero que no desperdicia ni un segundo de metraje a fin de servir un
entretenimiento óptimo para todas las edades (Rookery, un villano de manual,
cuya obsesión por matar vampiros lo lleva a una divertida parodia de Van
Helsing; el clan de los Sackville-Bagg y su impecable vestuario, de lo mejor de
la película con sobrada diferencia; Tony, típico niño apasionado de lo
sobrenatural que encuentra en Rudolph todas las respuestas a sus anhelos). No
exenta de un cierto gusto por recurrir a algunos topicazos asociados al género
y destilando un humor a prueba de bombas de principio a fin, El Pequeño Vampiro
versión 2017 da cuanto promete, a veces incluso más de lo que se podría
esperarse (Maney, el ayudante de Rookery, el eterno esbirro experto en
cachivaches que tiene más corazón que su jefe; los dueños del hotel donde Tony
y sus padres se alojan, unos bávaros de tomo y lomo que se pasan todo el rato
temiendo toparse con chupasangres; la vaca vampiro, o la locura llevada a la
genialidad). Teniendo su hueco espacio para cierto grado de romance y otras
cosas más divertidas (el interés de Anna por Tony; los iniciales prejuicios de
Rudolph hacia Tony inculcados por su padre), su enorme contenido hace que su
justita hora y veinte minutos se convierta en un largometraje sumamente
entrañable, sabiendo usar sus mejores bazas (sus créditos finales; Anna, hechizando
a los padres de Tony). Una producción humilde de solemnidad, pero más que
grande en calidad y emotividad.
La Puntilla: Si además de una vaca vampiro apareciese un
burro vampiro con alas y todo, implosiono de gusto como una bomba atómica.
Mi
Valoración
★★★★★
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