Vista En: Youtube, martes 23 de mayo de 2017.
Título Original: The Whistle.
Director: Klaus Quirin, Julian Glunz, Kai Bost y Thomas
Schmidt.
Guión: Klaus Quirin, Julian Glunz, Kai Bost y Thomas
Schmidt. Género: Terror.
Música: Klaus Quirin, Julian Glunz, Kai Bost y Thomas
Schmidt. Fotografía: Klaus Quirin, Julian Glunz, Kai Bost y Thomas
Schmidt.
Decorados: [Desconocido]. Vestuario: [Desconocido].
Productora: Bäppel Entertaintment. Presupuesto: [Desconocido].
País: Alemania. Año: 2017. Duración: 5 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Julian Glunz
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Joven
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Klaus Quirin
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Criatura
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Un chico, acabando una jornada laboral y
saliendo de noche, en su viaje de vuelta escucha un extraño silbido que llama
su atención. A pesar de no encontrar a nadie al escucharlo de nuevo ve en mitad
de la carretera a una sombría figura que apaga las farolas a su alrededor.
Viéndose en peligro el joven huye para llegar a casa antes de que el ser
consiga capturarlo.
Crítica: Desaprovechada mini-propuesta de terror que
parte de un inicio que sí tiene potencia para intrigar, pero que su posterior
guión no está a la altura de lo esperado para ofrecer más que un sombrío y muy,
muy oscuro show de terror al que precisamente le pierden las formas, lo que
juega en contra para inspirar el pavor que pretendía y que como tantos otros,
prescinde de charlas y diálogos que pudiera distraer de un objetivo principal
que nunca consigue cumplir como debía (la fotografía y los escenarios,
demasiado nocturnos: un fallo que provoca que algunas cosas no se distinga bien
lo que está pasando, haciendo más al servicio de la confusión que del miedo; el
instante en el que el joven siente el silbido en sus oídos la segunda vez:
tanto el encuadre como el apagado de farolas es perfecto en su perversidad,
aunque quizá un tanto apresurado; el joven llegando a casa, pensando que por
fin está a salvo: algo que no tardará en descubrirse hasta que punto está
equivocado). Haciendo un sutil aviso sobre una de las manías de la tecnificada
sociedad del siglo XXI, El Silbido no tiene mayor misterio que una mera rutina
sobrenatural vista mil y una veces, lo bastante apañada para no ser un
desastre, y lo bastante dejada como para no llegar a las cotas de sobresalto
que podría haber tenido, sobre todo en la apariencia de la monstruito de turno
(el joven, caminando por la calle de madrugada con unos auriculares gigantes en
la cabeza, absorto en su música: ¿es que la gente ha olvidado lo que es la
noción del peligro por estar fuera por la noche?; los efectos de sonido, que se
alzan como reemplazos a falta de una mayor luminosidad en algunos momentos:
eficientes y efectivos, sin más; el final, abrupto y también extraño debido a
un giro de cámara que trastoca un poco la realidad). Un producto del montón,
que ni despega a las estrellas ni tampoco acaba sumergido en el océano. De lo
más discretito.
La Puntilla: Monstruos, víctimas perfectas y
blablablá...que difícil es salirse de lo convencional para saber meter miedo en
el cuerpo.
Mi
Valoración
★★★★★
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