Vista En: Cines Cinebox (Corvera), viernes 23 de
diciembre de 2011.
Título Original: Alvin and the Chipmunks: Chipwrecked.
Director: Mike Mitchell.
Guión: Jonathan Aibel y Glenn Berger, inspirado en
los personajes creados en 1958 por Ross Bagdasarian. Género: Comedia.
Música: Mark Mothersbugh. Fotografía: Thomas Ackerman.
Decorados: Rose Marie McSherry. Vestuario: Alexandra Welker.
Productoras: Fox 2000 Pictures, Regency Enterprises, Dune
Entertainment, Dune Entertainment III, Sunswept Entertainment, TCF Vancouver
Productions y Bagdasarian Productions. Presupuesto: ±75.000.000 $.
País: USA. Año: 2011. Duración: 87 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Jason Lee
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Dave
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David Cross
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Ian
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Jenny Slate
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Zoe
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Justin Long
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Voz de Alvin
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Matthew Gray Gubler
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Voz de Simon
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Jesse McCartney
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Voz de Theodore
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Christina Applegate
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Voz de Brittany
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Anna Faris
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Voz de Jeanette
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Amy Poehler
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Voz de Eleanor
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Alan Tudyk
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Voz de Simone
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Andy Buckley
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Capitán Correlli
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Luisa
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Tessa
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Durante unas vacaciones en crucero, las
ardillas y las Chipettes acaban volando por el aire en una cometa, aterrizando
en una isla desierta en donde tendrán que sobrevivir como puedan. Intentando
rescatarles, Dave sale a su rescate, contando para ello con una inesperada
ayuda en su rescate: Ian Hawke, que trabajaba en el crucero disfrazado de
mascota.
Crítica: Desastrosa y absolutamente vergonzante
tercera entrega de la saga de manos del director de Sobreviviendo a la Navidad
[2004] y Sky High, una Escuela de Altos Vuelos [2005], infantilizando hasta lo
indecible la película a base de un guión que no es si no una enésima versión de
Robinson Crusoe que Daniel Defoe publicó en 1719, donde todo sentido común y
vergüenza se van por la borda encarnados en un David Cross al que deberían
apalizar para los restos (Ian Hawke, arruinado por segunda vez, pasándose la
película entera disfrazado de pajarraco: su presentación no solo no es
divertida, si no que el resto del metraje es tan repelente que de asco; el
numerito de las Chipettes, en un desafío de baile a ritmo del “Conga” de Miami
Sound Machine: si bien las chicas humanas con la que compiten lucen
espectaculares, no se puede decir lo mismo de sus habilidades actorales; Alvin,
por tercera vez haciéndose aún más el machito y el irresponsable: ¿no se dan
cuenta que repetirse una y otra vez acaba aburriendo?). Dejada de lado en el
apartado de banda sonora y, aunque cueste creerlo, todavía más en la
fotografía, que acaba exhibiendo paisajes paradisíacos vistos en mil y una
largometrajes parecidos, Alvin y las Ardillas 3 es un espectáculo lamentable
diseñado para niños de 3 y 4 años, en el que la progresión narrativa brilla por
su ausencia (Dave, usando a Ian como flotador para evitar ahogarse, tan poco
vistoso e interesante como su charla a Ian sobre lo que siente por ellas, esto
último un déjà vu visto antes; Eleanor, y su guiño al Góllum de El Señor de los
Anillos: sin palabras; Zoe, o la versión femenina y desquiciada de Crusoe: otro
matiz de la película de la que mejor no hablar). Añadiendo un final que intenta
reconducirlo y ponerlo todo en su lugar pero que solo aburre por su falta de sorpresa,
Mitchell consigue lo que Betty Thomas no logró: hundir la saga en el abismo de
la inmundicia.
La Puntilla: ¿Reír?, ¿diversión?, ¿entretenimiento?. Lo
único que provoca son ganas irrefrenables de lanzarse por un acantilado. Sin
paracaídas.
Mi
Valoración
★★★★★
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