Vista En: Cines Marta & María (Avilés), domingo 5
de octubre de 2008.
Título Original: Righteous Kill.
Director: Jon Avnet.
Guión: Russell Gewirtz. Género: Intriga.
Música: Edward Shearmur. Fotografía: Denis Lenoir.
Decorados: Kathy Lucas. Vestuario: Debra McGuire.
Productoras: Millennium Films, Emmett/Furla Films,
Grosvenor Park Media, Righteous Productions, Brooklyn Films, Open Pictures, Nu
Image/Millennium Films y InVenture Entertainment. Presupuesto: ±60.000.000 $.
País: USA. Año: 2008. Duración: 101 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Robert De Niro
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Detective Tom ‘Turk’ Cowan
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Al Pacino
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Detective David ‘Rooster’ Fisk
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Curtis Jackson
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Marcus ‘Spider’ Smith
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Carla Gugino
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Detective Karen Corelli
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John Leguizamo
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Detective Simon Perez
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Donnie Wahlberg
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Detective Ted Riley
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Brian Dennehy
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Teniente Hingis
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Trilby Glover
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Jessica
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Saidah Arrika Ekulona
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Gwen Darvis
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Alan Rosenberg
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Stein
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Barry Primus
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Prosky
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Melissa Leo
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Cheryl Brooks
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Turk y Rooster, dos veteranos detectives de
la policía de Nueva al borde de la jubilación, deben resolver un caso en el que
han matado a un proxeneta al que ya conocían de otro caso. Su investigación
cambia de curso cuando se suceden otros asesinatos siguiendo el patrón: el de
criminales que han logrado burlar a la justicia, con un breve poema de cuatro
líneas.
Crítica: Tercera película juntos para Pacino y De Niro
después de El Padrino, Parte II [Francis Ford Coppola, 1974] y Heat [Michael
Mann, 1995], y primera en la que comparten la mayoría de sus escenas, buscando
precisamente tirar del carisma y la leyendas de los dos actores por encima de
una historia cuyo guión no está a la altura de lo debido y cuyo devenir acaba
cayendo en unos despropósitos del tamaño del Empire State. Interesante en parte
de su elenco secundario como el siempre simpático Brian Dennehy y el
camaleónico John Leguizamo, la fotografía es de todo menos vistosa y ni la
banda sonora de un Edward Shearmur en horas bajas sirven para sostener un largometraje
del que Sidney Lumet hubiera hecho maravillas si la hubiese dirigido más o
menos por 1978, que intenta sin conseguirlo funcionar más allá del morbo de
ver juntos y no revueltos a Pacino y De Niro (el interrogatorio a Turk y
Rooster por parte de los agentes de asuntos internos, en el que ambos se lo
pasan en grande; el instante en el que Rooster, rodeado de sus colegas, sugiere
cual podría ser la profesión del “Chico Poeta”; las grabaciones de Robert De
Niro acerca de sus crímenes, dando a entender que él es en realidad el Chico
Poeta). Avnet, el realizador de la espléndida Tomates Verdes Fritos [1991] y El
Laberinto Rojo [1997], se limita a dejarse llevar por la desgana y la ausencia
de tensión, en un producto donde se echa en falta algo más presencia femenina
más allá de una preciosa y siempre eficaz Carla Gugino, y cuyo epílogo es de
todo menos agradable, transformando lo que debería ser un clímax en un total
anticlímax (la revelación sobre la verdadera identidad del Chico Poeta: el que no lo vea venir a un año luz de distancia que se lo haga mirar; Turk,
violando la ley con tal de atrapar a un pedófilo). Un film que se deja en la
percha todo lo básico para ser una gran película, en un barco que se hunde sin
remisión alguna.
La Puntilla: ¿Será verdad eso de que Pacino y De Niro se
llevan fatal?. Quizá eso explicase porque este engendro del infierno es
aburrido con ganas.
Mi
Valoración
★★★★★
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