Vista En: Youtube, viernes 27 de enero de 2017.
Título Original: The Big Combo.
Director: Joseph H. Lewis.
Guión: Philip Yordan. Género: Intriga.
Música: David Raksin. Fotografía: John Alton.
Decorados: Jack McConaghy. Vestuario: Don Loper.
Productoras: Security Pictures y Theodora Productions.
Presupuesto: [Desconocido].
País: USA. Año: 1955. Duración: 84 minutos. B/N.
Reparto:
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Personajes:
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Cornel Wilde
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Teniente Leonard Diamond
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Richard Conte
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Sr. Brown
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Brian Donlevy
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Joe McClure
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Jean Wallace
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Susan Lowell
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Robert Middleton
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Capitán Peterson
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Lee Van Cleef
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Fante
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Earl Holliman
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Mingo
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Helen Walker
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Alicia Brown
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Jay Adler
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Detective Sam Hill
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John Hoyt
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Nils Dreyer
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Ted de Corsia
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Ralph Bettini
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Helene Stanton
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Rita
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Leonard Diamond es un policía obsesionado con
la detención del Sr. Brown, el capo mafioso más importante de la ciudad y que
dirige los bajos fondos. Para ello se acerca a Susan Lowell, la chica de Brown,
intentando que le delate. Después de que ella intenta suicidarse, Diamond oye
sus balbuceos y decide investigarlo, pensando que le ha dado una pista
importante.
Crítica: Una joya en toda regla del cine negro con una
capacidad atmosférica sin mácula, dueña de una ambientación fantástica y con
dos estrellas dando lo mejor de ellos mismos en la piel de dos personas en los
lados opuestos de la ley, enzarzados en una guerra personal sin tregua, en un
juego del gato y el ratón que deja escenas únicas (los juegos de luces y
sombras que se dan a lo largo de su metraje, envolventes y hasta tétricos,
reflejando un mundo sin miramientos; el interrogatorio de Diamond a Lowell,
después de su intento de suicidio, con su cara a oscuras excepto los ojos del
policía; la primera charla de Diamond y el capitán Peterson, con este segundo
comentando las razones personales del primero: la cara de Diamond lo dice
todo). Brillantísimos tanto Richard Conte como Cornel Wilde, la belleza y
dramatismo Jean Wallace son un enorme punto a su favor, mientras que el
vestuario no se queda atrás en la elegancia que destilan sus personajes (Brown,
un mafioso insuperable: sus charlas con su ex jefe y ahora empleado McClure, o
el instante en que lleva algo de comer a sus chicos reflejan a un auténtico
desalmado; los intentos de Diamond de que Mingo delate a su jefe, recurriendo a
la treta más baja si es necesario para ello; cada una de los careos de Diamond
y Brown, desde el del detector de mentiras hasta el de la tienda de
antigüedades, un ejemplo de dobles sentidos y malicias elevadas a la categoría
de arte). Agente Especial, a falta de una palabra mejor, es una pieza maestre
del suspense, que hace de la contención y de lo visual unas armas tan potentes
como la intensidad de su reparto (Diamond, hablando con una histérica Alicia;
el pánico de Brown por entender que Diamond se le acerca demasiado). Un
largometraje coronado y rematado con un plano final que es una de esas
instantáneas dignas de pasar a la eternidad del cine. Un trabajo exquisito
hasta lo insoportable.
La Puntilla: Hacer cine negro no es hacer cine. Es hacer
del cine un arte que subyugue incluso en el plano más sencillo.
Mi
Valoración
★★★★★
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