UNA GUASA QUE DÉJALA TÚ IR
De vez en cuando dos géneros en
teoría antagónicos pueden fusionarse para hacer de las suyas y probar que en
realidad no están tan distantes como en teoría podría parecer. Y es que la
comedia y el terror, que ya por las propias sonoridades de ambas palabras
genera ideas muy dispares la una con la otra, son dos elementos de cine que
suelen vivir en su propio mundo, el primero relajando el ambiente y generando
carcajadas y el segundo tensándolo para provocar que se pongan los pelos de
punta. La fusión de ambos es, debido a ello, una anomalía que puede dar enormes
resultados cuando se sabe hacer la mezcla en las cantidades adecuadas. A tal
efecto, Terroríficamente Muertos [Sam Raimi, 1987] es tal vez el mejor ejemplo
de lo dicho, sobretodo cuando su primera parte Posesión Infernal [Raimi, 1981]
era puramente terror, sin la menor gota de comedia, y que hizo que la tercera
parte El Ejército de las Tinieblas [Raimi, 1992] aumentase el tono de comedia
de modo considerable. De rituales demoníacos a viajes en el tiempo pasando por
un protagonista que es lo más parecido a un personaje animado de carne y hueso
llamado Bruce Campbell, es precisamente su alter ego Ash Williams el paradigma
del terror loco y de puro cachondeo, con una guasa que déjala tú ir. Algo que
la Meca del Cine a su modo intentó conjugar en mayor o menor grado, con
resultados de lo más dispar, como Cazador de Demonios [Mike Mendez, 2016], una
muy consciente locura de serie B con un Dolph Lungdren chiflado como Ash, pero
serio como el Batman de Adam West los años 60, intentando parar demonios que
poseen a sus víctimas y que al ser asesinados saltan a otra víctima con la que
matar ellos. Una premisa delirante en una comedia negra con terror aún más
delirante, dando fe que las mezclas a veces crean híbridos sorprendentes y
variopintos. En especial cuando se va directa al puro cachondeo.
Nº De Serie: NC/TCM/00798. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Martes, 30 de enero de 2018.
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