EL EMANADOR DE JOI
En un mundo donde la
inteligencia artificial casera se ha convertido en algo cotidiano e
intrascendente, el emanador se convierte en un simple utensilio para que dicha
inteligencia deje de estar limitado al ámbito casero. Eso es lo que, sin
explicarlo con palabras pero sí exponiéndolo en Joi, la acompañante de KD6-3.7
en Blade Runner 2049 [Denis Villeneuve, 2017], experimenta por si misma cuando
K le compra uno. Y lo insólito del caso es que de todo lo que a lo largo de la
magna superproducción de 163 minutos se deja ver, Joi y su emanador son lo que
posee más visos de, en un futuro más o menos cercano, convertirse en una
realidad cotidiana e intrascendente. Teniendo en cuenta el gran avance en
medios digitales y tecnológicos desde 1917 a 2017 (un salto evolutivo pasmoso en
apenas 100 años), no parece muy lejano el día que una mente humana consciente
de su existencia conciba la creación de una mente digital también consciente de
su existencia. Una vieja aspiración humana, la de crear vida, palpable desde la
novela de 1818 Frankenstein de Mary Shelley pasando por seres como la Falsa
María de Metrópolis [Fritz Lang, 1927] hasta otros como los emblemáticos R2D2 y
C3PO de la saga Star Wars, pero a la que no le faltan sus riesgos como
Terminator [James Cameron, 1984] y secuelas, o la trilogía iniciada en Matrix
[Larry y Andy Wachowski, 1999]. Ubicada en una especie de término medio entre
unos y otros, alejada de belicismos y deseos de conquistar el mundo, y cercana
a la Samantha de Her [Spike Jonze, 2013], la presencia de Joi en el film y la
emotiva interpretación que Ana de Armas hace de ella la convierte en otro tipo
de sueño más próximo a una realidad futura: la de una inteligencia artificial
creada para aliviar la soledad de una raza humana aislada en si misma, necesitada
de un emanador para huir de su confinamiento casero y pueda servir como su
eterno acompañante.
Nº De Serie: NC/TCM/00763. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Martes, 26 de diciembre de 2017.
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