LIBROS, SIEMPRE LIBROS
Cuando el cine no se
autocanibaliza a base de contar las mismas historias en remakes de películas de
otros países, o rehaciendo la misma en un reboot, el gran salvoconducto del
séptimo arte es tirar de las páginas y más páginas de los libros que cada poco
tiempo surgen para convertirse en los más vendidos, al punto de que muchos son
los que cuando tal cosa ocurre, si les da pereza leer, se dicen “esperaré a ver
la película”. Pero olvidando que no existe una adaptación perfecta y 100% fidedigna
de lo que es el libro a la gran pantalla, la magia de los libros y la magia del
cine son complementarias hasta cierto punto, pero a si mismo incompatibles en
otro. Teniendo en cuenta que no es lo mismo el estar tranquilamente en casa (o
cualquier otro lugar) dejándose llevar por la historia de las páginas, en que
la imaginación se encarga de dar una imagen personal e intransferible de dicha
novela, a estar en un cine en donde lo que se hace es justo al revés,
proporcionado unas imágenes no para una sola persona si no para millones al
mismo tiempo a escala internacional, tanto leer como ir al cine se convierten
en tal situación en las dos serpientes del caduceo, girando una sobra otra
entorno a la historia y del mensaje que ésta contiene, en dos versiones de una
misma historia cada una con su propia forma de explicarla. Necesitado de los
libros para encontrar nuevas historias qué encontrar, tanto los de ficción como
los basados en hechos reales, tanto los de ensayo como las biografías de
personajes importantes o anónimos, los libros son siempre ese eterno primo
hermano del cine (y viceversa) que, por más que a veces una gran novela sea
destrozada al llevarse al cine, los dos se apoyan mutuamente, sobretodo en
casos donde de una pésima novela se haga una película. Pero, en última
instancia, libros y cine son imprescindibles. Por más que unos siempre se digan
que mejor esperarán a ver la película.
Nº De Serie: NC/TCM/00785. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Miércoles, 17 de enero de 2018.
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