30 AÑOS Y UNA TETA
Que el cine ha dado momentos
para la historia eso es indiscutible. Desde la sombra de Escarlata O’Hara
gritando que no volvería a pasar hambre hasta el gesto de Rick Blaine viendo
marchar a su amada Ilsa o un mono mirando a un hueso para convertirlo en un
arma. Pero que la pequeña pantalla tampoco se ha quedado atrás, es igualmente
indiscutible. Y a tal efecto, pocas cosas para la España de La Movida y la
libertad tan revolucionarias como un programa de nochevieja de 1987 en el que
una joven italiana de tan solo 19 años que solo buscaba abrirse camino en el
mundo de la música consiguió, sin pretenderlo, soliviantar a un país (en
especial en los pequeños pueblos, donde la leyenda negra ¿real? dice que las
mujeres la recibían a pedradas por lo calientes que se habían quedado sus
maridos) y mitificarla a lo largo de varias generaciones de españoles que, de
forma regular, volvían a ver aquella actuación donde la chica se arrancaba a
cantar “Hot Girl” (que no el “Boys, Boys, Boys”, como se ha creído
erróneamente) y a recordar un momento en el que un descuido fue la comidilla
desde colegios a geriátricos pasando por telediarios y programas de televisión
no durante semanas si no per sécula seculórum (por los siglos de los siglos). Y
es que Sabrina Salerno, Sabrina a secas como cantante, fue uno de esos iconos
eroticofestivos, quintaesencia de belleza exótica puramente exuberante, sin
otros artificios más que sus siliconados pechos, reflejo de una era de
libertad, diversidad y alegría ampliamente recordada, e irrepetible en todos
los niveles. Un emblema llegado en el momento y tiempo precisos, que de pasar
en los 90 o en los 2000 solo sería flor de un día. Pero aquí seguimos, 30 años
después, hablando de la teta de Sabrina. Per sécula seculórum.
Nº De Serie: NC/TCM/00768. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Domingo, 31 de diciembre de 2017.
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