LO SEXY DE VOLVERSE MALA
Cara angelical y papeles más o
menos agradables tienen su cara y su cruz: la cara, que son fáciles de hacer y
que por tanto pueden reportar dinero fácil y rápida fama. La cruz, la capacidad
de limitarse a la hora de abordar papeles más oscuros y controvertidos. Y a tal
efecto, lo que hizo Natalie Portman en Cisne Negro [Darren Aronofsky, 2010],
fue romper con la imagen candorosa y tierna que llevaba traída desde la saga
Star Wars para revelar una faceta que hasta entonces, ni tan siquiera en
Closer. Cegados por el Deseo [Mike Nichols, 2004] con peluca rubia jugando a
ser stripper había podido mostrar: la de la chica buena y perfeccionista que,
en el fondo, oculta una doble cara insegura y más perversa, cuya mente rota
debido a sus ambiciones comienza a jugarle malas pasadas. Y ese matiz,
trasladado precisamente a la pasión/obsesión de Nina por conseguir interpretar
tanto al cisne blanco como al negro, es lo que no solo le permitió alzarse con
el Óscar a la Mejor Actriz por su papel, si no poner de manifiesto lo sexy de
volverse mala, el atractivo y morbo que trae consigo pasarse (nunca mejor dicho)
al “lado oscuro” y dar rienda suelta a las pulsiones más animales que viven
dentro de la psique humana. Una psique, la de Nina, destruida por una madre
posesiva que nunca pudo ser una bailarina famosa, por su devoción hacia Beth
Macintyre, una estrella estrellada en su inevitable decadencia, y por sus
insana obsesión hacia una compañera, Lily, que le lleva a cuestionarse su
propia realidad. Ante tal panorama, no es raro que Portman, brillante al
milímetro, le sacase todo el partido a un papel que le daba la ocasión de
demostrar, como tantas otras en el pasado, que cuando se trata de ser chic, lo
mejor es lucir cara de buena buenísima, sofisticada y elegante. Pero que cuando
se trata de ser sexy, nada mejor que convertirse en una chica mala que en realidad
está disfrazada de chica buena.
Nº De Serie: NC/TCM/00759. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Viernes, 22 de diciembre de 2017.
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