A IMAGEN Y SEMEJANZA
Demostración de que a veces la
inteligencia nada tiene que ver con la listeza (sí, la palabra es correcta), en
la versión realizada del 25 aniversario de Star Trek: La Película [Robert Wise,
1979], el montaje cometió la aberración de eliminar el doblaje original por
otro más acartonado que disocia al 100% lo que se ve con lo que se oye, ya que
el salto de época es demasiado grande y se nota. Pero dicho movimiento obedece
a una cuestión mucho mayor: que el Montaje del Director realizado incluyó unas
escenas adicionales descartadas a finales de los 70, que complementaban la
trama principal. Y entre ellas, una en la que la versión robótica de la
Teniente Ilia explica a unas sorprendidas “unidades de carbono” que a juicio de
V’Ger ellos, los humanos, no son seres vivos auténticos según su criterio, ya
que puesto que él es una máquina viva, su propio creador tiene por tanto que
ser otra máquina. Un comentario que es replicado por otro del Comandante
Decker, muy acertado, en el que dice que «todos imaginamos a Dios a nuestra
imagen y semejanza». Reutilizado el concepto (salvando distancias) en la
posterior Star Trek: La Última Frontera [William Shatner, 1989], Wise hace una
sutil y nada evidente reflexión acerca de cómo la vida se imagina a un ser
superior a ella únicamente en función de la propia forma que esta vida posee,
aún tratándose de una máquina que ha adquirido conciencia propia de forma
espontánea. Algo que por otra parte no deja de tener su ironía, en un mundo
futuro del siglo XXIII donde se supone la religión y los dioses de todas las
creencias han sido dejados atrás en favor de una humanidad renovada pero sin
debates religiosos del pasado. De ahí que el dilema de V’Ger sobre su concepto
de la vida y de “El Creador” sea de lo más interesante, en especial cuando el
verdadero creador de V’Ger resulta ser la misma especie que él mismo descarta
como auténtica forma de vida.
Nº De Serie: NC/TCM/00734. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Lunes, 27 de noviembre de 2017.
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