BATMAN SIN BATMAN
Incluso en la más torpe y peor
realizada de las películas puede encontrarse una idea que era lo bastante
potente para poner en marcha el proyecto. Otra cosa, obviamente, es que dicha
idea no fuese bien aprovechada para evitarse clichés y topicazos que la
hundieran por completo. Ese es el caso, prototípico al extremo, que ocurre en
American Assassin [Michael Cuesta, 2017], donde la idea es desperdiciada de
forma aberrante a pesar de lo prometedor que en inicio parecía: traumatizado por
la muerte de su novia delante de él durante un ataque terrorista en Ibiza
(sic), donde ambos estaban de vacaciones, Mitch Rapp (un Dylan O’Brien mejor
que la peli en si) se convierte en una especie de Batman sin Batman:
desprovisto de su riqueza y recursos, sin trajes negros caros ni coches de
lujo, Rapp se pasa 18 meses entrenando su cuerpo como un arma letal en su deseo
de venganza, llegando a tal extremo que la propia CIA, a sabiendas de lo
heterodoxo de Rapp como posible agente secreto y que esa diferencia respecto a
militares entrenados le hace más invisible, decide utilizarlo en su guerra
contra el terrorismo, solo para encontrarse que debe derrotar a alguien que fue
igualmente reclutado como él pero se pasó al otro bando tras una misión
fallida. Tamaño argumento, que fácilmente se hubiera convertido en un cóctel
explosivo, se destruye en una eterna espiral de malas decisiones en su obsesión
de ir por lo seguro y comercial, dejando mal sabor de boca por eso mismo, y
sobretodo por una idea subyacente y escondida no abordada en toda su crudeza:
la del ciudadano corriente que cuando el horror llama a su puerta opta no por
huir, si no por plantarle cara transformándose en un arma para dar muerte a
quienes destruyeron lo que iba a ser su vida. Y todo ello, al final, se queda
en un “quiero y no puedo”, dejando latente que es increíble lo que se
desperdicia cuando se sigue el camino de lo seguro.
Nº De Serie: NC/TCM/00731. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Viernes, 24 de noviembre de 2017.
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