CRIATURAS PELUDAS, CRIATURAS VISCOSAS
Si bien su nombre tal vez no
deslumbre tanto como el de Rick Baker o John Dykstra, los discretos pero
eternos trabajos de Chris Walas como realizador de efectos especiales lograron
en los 80 dos hallazgos cruciales: el primero, transformar a Jeff Goldblum en
un ser horrendo medio humano medio insecto en La Mosca [David Cronenberg, 1986]
y, dos años antes, alumbrar a unas de las criaturas más recordadas de la
historia del cine fantástico en particular y del cine en general. A fin de
cuentas, pocas películas tan gamberras pero a la vez tan encantadoras como
Gremlins [Joe Dante, 1984], tanto por la manera en que desmonta el mito tierno
y reconciliador de la Navidad, como por las legiones de seres que, desde la
bondad más absoluta, llegan a una maldad de lo más esquizofrénica y frenética.
Partiendo de Gizmo, que fue un arrollador éxito de ventas ese mismo año, el
mogwai creado por Walas se convierte en germen y semilla de otros mogwais que,
según salen del primero, pierden su parte bondadosa y adquieren una vena algo
más gamberra hasta que, después de romper la regla de comer después de
medianoche, los nuevos mogwais se despojan de su pelo y pose gamberra para
directamente adquirir la categoría de gremlin tras una viscosa metamorfosis que
casi los convierte en una suerte de reptiles a dos patas sumamente inteligentes
pero totalmente desmadrados capaces de poner al pueblo entero de Kingston Falls
de vuelta y media. Desde sesiones de cine al típico bar de amiguetes y otras
lindezas por el estilo, los gremlins y los mogwai se convierten en una extraña
alegoría de la noción del bien y del mal (Gizmo, el bien absoluto, termina
generando el mal absoluto), pero también en la prueba de un ingenio fascinante,
en una era pre-Internet y pre-efectos por ordenador, que convierte a unos
muñecos en estrellas de la noche a la mañana. Para desesperación de sus
comparsas humanos.
Nº De Serie: NC/TCM/00767. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Sábado, 30 de diciembre de 2017.
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