NO NOS DEJAN OLVIDARLO
El 1 de septiembre de 1945 fue
el punto y final a la Segunda Guerra Mundial, y a seis años y un día de uno de
los conflictos más desgarradores en toda la historia de la humanidad. Pero a
partir de ahí, se dio el inicio a una campaña más o menos disimulada en la que,
cada muy poco tiempo, una película sale a la palestra para narrar la crónica de
alguna misión secreta, o de tal o cual superviviente y su manera de escapar al
exterminio nazi. Y en un principio no pasa de ser un recordatorio de los
instintos más negros del ser humano y de cómo un continente no solo entró en
guerra si no que arrastró al resto de los países del mundo a una locura que a
punto estuvo de condenarlo al abismo. Pero cuando de manera reiterada y
sistemática se enfatiza una y otra vez lo malos malísimos que fueron los
alemanes y lo buenos buenísimos que fueron los judíos, empieza a producirse en
la cabeza una especie de hormigueo en la cabeza y el corazón de si en verdad
todos los alemanes fueron tan malos y los judíos fueron tan buenos. Pero cuando
la leyenda negra que planea sobre los mentideros de Hollywood dice que la Meca
del Cine está dirigida enteramente por judíos, ¿suena disparatado el que, de
ser verdadero tal cotilleo, quisieran ensalzar tales horrores para convertirse
en una suerte de eternos mártires de la historia para por el otro lado meterse
a quehaceres menos honorables?. De negocios cuestionables a otros menesteres
más agridulces, todo quedaría muy tapado por la sistemática manera en que el
cine, a los espectadores que van al cine, no nos dejan olvidarlo lo terrible de
los sucesos que pasaron durante mediados del siglo XX. Y la duda que queda,
ante títulos como La Casa de la Esperanza [Niki Caro, 2017] y Una Bolsa de
Canicas [Christian Duguay, 2017], es la más simple de todas: ¿por cuánto tiempo
seguirá el cine machacando a los espectadores con lo buenos de unos y lo
malvado de los otros?.
Nº De Serie: NC/TCM/00775. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Domingo, 7 de enero de 2018.
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