CUANDO DESAPARECE LA COHERENCIA
Lo peor de una película, en
especial si se trata de un remake o un reboot, es su capacidad para reinventar
a sus personajes y la propia historia, aunque no siempre de la mejor o más
inspirada de las maneras. Pero a veces basta con que sea una continuación para
acometer dicho cambio. Del mismo modo que se supone que Héctor Barbosa era un
simple marinero amotinado en Piratas del Caribe: La Maldición de la Perla Negra
[Gore Verbinski, 2003], en Piratas del Caribe: En el Fin del Mundo [Verbinski,
2007], resulta que era uno de los miembros de los Nueve Reales de a Ocho
originales que decidieron apresaron a la diosa Calipso en una forma humana.
Otro tanto sucede con los cenobitas de la escalofriante Hellraiser: Los que
Traen el Infierno [Clive Barker, 1987]. Tanto en ella como en su segunda parte
Hellbound: Hellraiser II [Tony Randel, 1988] se supone que fueron humanos que,
abriendo la Configuración de las Lamentaciones, llegan a una dimensión
alternativa de placer y dolor donde son reconvertidos, con sus memorias
borradas, como cenobitas dentro de la Order of Gash (“Orden del Gancho”). Pero
hete aquí que, a partir del estreno de Hellraiser III: Infierno en la Tierra
[Anthony Hickox, 1992], Pinehad y los demás cenobitas son agentes del Infierno
que trabajan en la recopilación de almas para su posterior tortura. Una
capacidad demasiado fácil para destruir la pureza y esencia de la primera idea,
surgida de ese vano intento de pensar que contarlo de nuevo desde otra óptica
refrescará la historia y al personaje, cuando en realidad lo que se hace es
incurrir en una incoherencia a cada cual más grave. Una táctica que vive y se
sustenta al amparo de la comercialidad, deseando triunfar en su anheladamente
acertada jugada. Pero, en realidad, recrear los orígenes de un personaje es
algo que está destinado al fracaso. Un error que aparece, sobretodo, cuando
desaparece la coherencia.
Nº De Serie: NC/TCM/00723. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Jueves, 16 de noviembre de 2017.
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