IDEAS DIGNAS DE DEBATIRSE
Despojada de su parafernalia y
quitándole todo el adorno que la rodea, como si se tratase de una cebolla a la
que sacarle las capas hasta llegar a su bulbo, al núcleo central, muchas
películas poseen ideas dignas de un buen debate o por lo menos de una encendida
reflexión sobre sus implicaciones, en especial si trastoca algo ampliamente
conocido. Ángeles y Demonios [Gregory Widen, 1995], hace exactamente eso:
proponer una idea irrisoria, y a partir de ahí disponer un escenario donde la
fe y la religión no son los mismos. Y no es una idea precisamente baladí: ¿y si
algunos ángeles, después que Dios los aparte a todos de su gracia para dársela
a la humanidad, rechazan acatar sus órdenes y emprenden por su cuenta una
segunda guerra en el cielo (tras la primera en contra de Satanás y sus
aliados), a fin de recuperar el amor y predilección de su padre celestial?.
Aunque demolida en las posteriores secuelas, la idea de Widen y su capacidad
para que la película funcione por si sola y pueda verse sin falta de las secuelas
es lo que cimenta su poder: el de todo un arcángel con Gabriel celoso del “mono
parlante”, como así lo llama, dispuesto a todo en su nostalgia por el viejo
orden para sentirse de nuevo amado por un Dios que según luego revela le ha
abandonado y no le habla (algo asombroso: ¿un ángel que pierde su brújula moral
y su propia esencia al dejar de escuchar a Dios?). Y añadiendo a un Satanás
dispuesto a todo para que Gabriel no gane la guerra, intuyendo que su purista
visión del cielo sería un segundo infierno que le quitaría la exclusividad y la
patente, el que el fin de la guerra dependa de un policía ex monaguillo y de
que Gabriel se haga con el alma humana más negra de todas (porque ellos no
saben tanto de traiciones espirituales) para que comande sus legiones hacen que
una película en principio intrascendente posea mucho atractivo. Para empezar,
una segunda guerra entre ángeles.
Nº De Serie: NC/TCM/007769. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Lunes, 1 de enero de 2018.
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