TURISTA DE TU JUVENTUD
Difícilmente hay cosas más
amargas y crudas que enfrentarse a uno mismo y al paso del tiempo, descubriendo
que la nostalgia se ha convertido en billete de viaje con el que ser un turista
de tu juventud. Ese y no otro es el núcleo y el eje fundamental de T2:
Trainspotting [Danny Boyle, 2017]. Consciente de la fama de la primera
Trainspotting [Boyle, 1996], al rodar la segunda parte y tener la ocasión de
explicar qué había sido de los drogadictos y problemáticos residentes de
Edimburgo Mark Renton, Sick Boy, Spud y Begbie, Danny Boyle pasa de
complacencias y de regalar el oído al espectador, cosa que tampoco encajaría
con semejantes personajes, perdedores de una vida que ninguno de ellos tuvo
ocasión de vivirla debidamente, y en su lugar lo que ofrece es una mirada
corrosiva sobre el paso del tiempo, de los amores perdidos (Renton y su breve
reencuentro con Diane Coulston), y de como los años transforman y destruyen una
juventud prometedora en una madurez tanto o más marginal que entonces (Sick Boy
y su negocio de extorsión a maridos infieles o Begbie y su intento de llevar a
su inteligente hijo por la misma vida lumpen que él ha tenido). Y en medio de
toda esa miseria y negrura emocional es Spud el que, a raíz del regreso de
Renton después de haberse fugado 20 años atrás (con un montón de pasta y una
promesa de futuro que tampoco fue lo esperado), el que pone a funcionar la
máquina de la nostalgia y le hace descubrir en él un talento asombroso para la
escritura (la cara de Begbie escuchándole es todo un poema). Pero en mitad de
sus infinitas notas diseminadas por las paredes de su casa, de esos recuerdos
de juventud de épocas más alegres, subyace un intenso dolor: el de ver como aquella
adolescencia se ha convertido en meros trazos a bolígrafo en un papel. Y que,
sin darte cuenta, te has convertido en un espectador de tu propia vida. En un
simple turista de tu juventud.
Nº De Serie: NC/TCM/00796- Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Domingo, 28 de enero de 2018.
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