NI UN SOLO CÓMIC
En materia de superhéroes (o de
novelas, libros y etc.), especialmente donde hay mucho material para investigar
y usar a la hora de hacer una película, es lo normal que A) o bien se use todo
el material para hacer la película lo más rica posible detalles, o B) desechar
una parte a fin de meter algún elemento novedoso que sorprenda al
espectador/lector. Pero cuando ni el director ni el guionista/productor cogen
al personaje y directamente no se leen ni un solo cómic antes de hacer la
película, el resultado oscila entre “plaga bíblica” y “hecatombe mundial”, a
tenor de las iras que generarán en aquellos que se conozcan al superhéroe y su
mitología, al encontrarse todo cambiado de un plumazo. Y ese fue, precisamente,
lo que pasó con El Hombre de Acero [Zack Snyder, 2013], donde Snyder y David S.
Goyer básicamente pasaron de los 75 años de Superman desde su primer cómic en
1938 y de los cientos posteriores para reinventar alegremente toda la historia.
El resultado no pudo ser peor: Superman descubriendo que es la atmósfera
terrestre, y no el sol, lo que le da sus poderes; Jimmy Olsen, el mejor amigo
en su doble identidad de Clark Kent/Superman, desaparecido de escena igual que
la celebérrima kriptonita; una pelea con Superman en modo Dragonball
destrozando media Metrópolis en su pelea final contra Zod; y, lo que ya fue con
diferencia el momento más imposible y doloroso de todos (incluso por encima del
inexistente flequillo de Superman), verlo rompiendo su ley más sagrada
{“Superman nunca mata”}, a fin de salvar el día. Una serie de tropelías y de
incoherencias que despertaron y con justa razón el descrédito de los
espectadores y amantes de Superman, encontrándose con una revisión pesimista y
taciturna de su héroe (su traje en colores muy apagados; sus dudas de ayudar o
no a la humanidad). Pero eso es lo que pasa cuando reinventas a un héroe al no
haber leído ni un cómic.
Nº De Serie: NC/TCM/00727. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Lunes, 20 de noviembre de 2017.
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