DOS MUNDOS QUE SE UNEN
Durante la celebración final en
la luna de Endor en Star Wars, Episodio VI: El Retorno del Jedi [Richard
Marquand, 1983], Luke Skywalker se aparta por un segundo de la fiesta del fin
del Imperio Galáctico para contemplar a Obi-Wan Kenobi, Yoda, y al que fuese su
padre y a la vez su mayor enemigo, sabiendo que el equilibrio que había sido
roto se ha reestablecido. Es, al igual que le ocurre al joven Miguel Rivera en
Coco [Lee Unkrich y Adrian Molina, 2017], el viaje final del héroe elegido, del
que aparece como el elemento que deshace un mal inflingido y que, después de
una serie de vicisitudes, su vida no vuelve a ser la de antes al convivir
dentro de él dos mundos, que se unen como uno solo: el terreno del día a día,
en el que comprende su posición como parte de una familia viviendo según su
corazón, y el ultraterreno de la eternidad, en el que asume la realidad oculta
y/o vetada a la gran mayoría, comprendiendo el propósito último de la vida y el
profundo significado que ello tiene. Caído el velo que separa dichas realidades,
Luke y Miguel asumen sus mundos y lo que de ellos pueden hacer sin miedo
alguno, aceptando al mismo tiempo el otro mundo, sabiendo que sin uno, el otro
pierde su significado. En una sociedad mecanicista que desecha lo sobrenatural
por considerarlo una alucinación que tratar con psicofármacos o un tabú del que
no hablar so pena de ser víctima del ridículo, tanto Luke Skywalker y Miguel
Rivera (y muchísimos más héroes que existen como ellos) se convierten en
inesperados revolucionarios no por liderar movimientos político-sociales o
guerrilleros fusil en mano, si no por el simple hecho de reclamar la aceptación
e integración de lo sobrenatural en el día a día, dando como resultado una
nueva visión del mundo, desterrando el escepticismo y la duda. Porque Luke y
Miguel entienden la gran verdad que se oculta del mundo terreno: que sin el
ultraterreno, pierde su significado.
Nº De Serie: NC/TCM/00746. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Sábado, 9 de diciembre de 2017.
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