ANIMACIÓN A POTENCIA INFINITA
Considerada como un fracaso en
su momento y repudiada durante años, fue precisamente el paso de estos lo que
provocó que Fantasía [Varios directores, 1940] pasase del ostracismo a ser
reverenciada por todos como una propuesta de animación a potencia infinita, en
su mezcla de dibujos animados con la música clásica. Generando una secuela
posterior en la que la animación por ordenador hacía acto de presencia para
mezclarse con la tradicional, Fantasía 2 [Varios directores, 1999] fue más
corta en duración respecto a su original, pero eso no le supuso problema para,
al igual que su primera parte, proponer una serie de espectáculos de música y
colores sin diálogo alguno para darle a la mente algo en qué pensar y con lo
que soñar. Intento fallido de proponer un serial temático año tras año, el
primer Fantasía se quedó como una rareza de su tiempo, elegante y sofisticada y
quizá por eso poco entendida, que fue con el paso de las siguientes ganando
adeptos y dándose cuenta de que había algo subyacente y misterioso que tocaba
la fibra sensible. Desde ver a Mickey Mouse como aprendiz de brujo a un jardín
de criaturas mítica de leyenda, sin olvidar un desfile de monstruos, fantasmas
y demonios de impactante fuerza visual, el esfuerzo de Walt Disney por darle a
sus películas algo más filosófico y profundo logró salir del olvido para
reclamar su justa posición como una de las más grandes obras animadas de todos
los tiempos, cuya secuela, aunque sin llegar a sus mismas cotas de leyenda,
también tuvo hueco para proponer pensamientos conceptuales y medio ambientales,
con revisiones históricas a las que no les faltaba diversión. En conjunto, las
dos Fantasía se solapan en un gigantesco puzzle que demuestra que, si se hace
bien, la animación puede ser mucho más que un mero entretenimiento para hacer
reír y divertirse. En especial cuando alcanza la grandeza, y llega a potencia
infinita,
Nº De Serie: NC/TCM/00789. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Domingo, 21 de enero de 2018.
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