POE Y LA GRAN MENTIRA
Es una imagen común el enlazar a
Edgar Allan Poe con el alcoholismo con las drogas, borracho perdido y sometido
al abuso de toda clase de sustancias que le permitían llegar a ciertos niveles
de los que luego sacaba sus escritos de pesadilla. Un imagen de amplia difusión
en todos los medios, incluido el cine, como por ejemplo en El Enigma del Cuervo
[James McTeigue, 2012], donde John Cusack perpetúa dicha imagen de hombre
sumergido en vicios, capaz de invitar a un trago en un bar a cualquiera que
acabase la estrofa de su poema, El Cuervo. Y lo que son las cosas, que
paradójico es que su alcoholismo y su adicción a las drogas no son si no una
invención de Rufus Wilmot Griswold. Crítico literario y enemigo acérrimo y
declarado del escritor de Baltimore, la muerte de Poe motivó un extraño enroque
de ajedrez por parte de Griswold, que entró en casa de Poe para robar todos sus
escritos (que nunca devolvió), y posteriormente postular una biografía llamada
“Memoir”, que fue publicada en 1850 (al cabo de un año de la muerte de Poe),
donde básicamente cuanto hacía era difamarle con saña, premeditación y
alevosía. Y lo que son las cosas que la jugada le salió perfecta, porque logró
insertar a las mil maravillas en el subconsciente de la población mundial el
peor de los dibujos que pueden hacérsele a una persona. Y durante décadas
enteras hasta que el engaño por fin se destapó, el mundo entero ha asimilado de
forma indisoluble la imagen de un Edgar Allan Poe arrastrado a los abismos de
la locura, a causa de las drogas y a su permanente estado de embriaguez. Una
triste evidencia sobre los peligros de que tu más acérrimo enemigo sea el que
escriba tu epitafio, a la que se ha ido contribuyendo de manera sistemática, al
tomar una mentira por verdad. Y convertir a un hombre decente en un borracho
capaz de invitar a un trago a cualquiera que fuese capaz de acabar una estrofa
de su poema.
Nº De Serie: NC/TCM/00477. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Miércoles, 5 de abril de 2017.
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