EXPLICAR O NO EXPLICAR, THAT’S THE QUESTION
Cuando se trata de cierto tipo
de películas, el problema surge de inmediato: explicar los pormenores, o no
explicarlos. Una fina línea entre lo increíble y lo razonable es lo que permite
que el espectador se crea o no lo que la peli le muestra. Mismamente, en
Operación Swordfish [Dominic Sena, 2001], Stanley Jobson de pronto se encuentra
con un ordenador de siete pantallas. Mientras que el público no iniciado en
informática se alucinaba con las pantallas, los sí iniciados esperaban la
forzosa explicación de sus componentes, sabiendo que las pantallas solo sirven
de cortina de humo. Otro tanto pasa con Passengers [Morten Tyldum, 2016], donde
se dice que la nave Elysium viaja a la mitad de la velocidad de la luz (es
decir, 150.000 Km/s). Pero ahí no se molestaron en explicarlo, a sabiendas de
que meterse en terrenos de Einstein y la Teoría de la Relatividad era un
barrizal en el que caer fácilmente por la pendiente del disparate y el
descrédito. En Blade Runner [Ridley Scott, 1982] existen robots llamados
Replicantes que son imitaciones de humanos, pero jamás aparece el proceso
completo de fabricación de uno, y ni siquiera los propios Replicantes exhiben
sus componentes robóticos o cibernéticos para validar su naturaleza. Tratándose
de temas de tecnología o alta tecnología, hasta en los dramas y biopics como
los de Steve Jobs, el apartado “tecnicismos” puede desaparecer del todo o estar
lo justo para complacer a los que saben del tema. Y es que el límite de
explicaciones es siempre complicado: o lo explicas todo y terminas incurriendo
en errores, o explicas lo justo para que parezca creíble y dejar el resto a la
imaginación. Y por supuesto, está la tercera opción: no dar ni una sola
explicación de nada lo que aparece en la película, ni cómo ni porqué eso
existe. Como por ejemplo, Tomorrowland: El Mundo del Mañana [Brad Bird, 2015].
En ella lo dejaron todo, historia incluida, en el aire. Así les fue.
Nº De Serie: NC/TCM/00406. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Domingo, 29 de enero de 2017.
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