“Criticaen25” es un punto de encuentro para todos los cinefilios, habitantes del séptimo planeta del sistema solar de las artes. Una propuesta amena y divertida a la par que abierta al debate y a la reflexión en la que, tan diariamente como sea posible, se irán comentando películas de todos los tiempos, con independencia de su género o fama. Un lugar en donde relajarse y disfrutar de un rato agradable en buena compañía.

X: Una Placentera Frustración

X: UNA PLACENTERA FRUSTRACIÓN


 Hay muchas razones por las que el cine porno ha llegado al gran público, en parte gracias a Internet y las redes sociales. Pero solo de una de ellas puede catalogarse como conspiranoica: la de sufrir una permanente pero placentera frustración. Porque al margen de la orientación sexual de cada espectador o espectadora, las más de las veces de todo lo que se ve en el cine porno viene a ser lo mismo: chicos de cuerpos esculturales y atléticos, bien torneados de cuerpo y musculatura, y con una capacidad de aguante poco menos que digna de Hércules. Y en el caso contrario, las chicas no solo son espectaculares y de lo más atractivas, si no que están dispuestas para experimentar con todo tipo de posturas sexuales y encima siempre están disponibles cada vez que se les pide un rato de diversión. Ambas cosas tienen un elemento común: que nadie de los que está viendo el video o película de turno llegará a tener semejante pareja, lo que origina un sentimiento contradictorio. De un lado, el placer de disfrutar del mini-video o película de turno; de otro, la frustración de saber que ese chico o chica está tan lejos de alcanzarlo como la más remota de las estrellas. Un ardid globalizado para dar envidia cuyos resultado directo es el de convertir a los asiduos a dicho cine en víctimas potenciales de una red de control de masas que parece sacada de una novela de un Frederick Forstyh en un día que estuviese calenturiento. Bien reflexionado, el tiempo invertido en el porno tiene dos alicientes: es un tiempo en que no se está pensando, y que por tanto al no pensar no se puede rebelar si le están timando o estafando, y el efecto anímico del porno ofrece goce y docilidad, privando de ese modo a cada espectador de pensar en otras cosas más importantes tanto para él/ella como para su entorno y el de los suyos. Porque una población que esté adicta a una placentera frustración es mucho más fácil de manipular.

 Nº De Serie: NC/TCM/00472. Escrito Por: The Cineman.
 Publicado El: Viernes, 31 de marzo de 2017.

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