EXÁMENES SIN LÁPIZ NI PAPEL
Una de las cosas buenas del auge
de Internet y de las plataformas para poner en ellas toda clase de videos es
dar a conocer de forma masiva lo que antes se hacía de forma minoritaria, de
manera que el trabajo de una sola persona puede ser visto por miles o millones
de personas. Y he ahí la base de un grupo de personas muy específicas cuyas
vidas profesionales dependen exactamente de esa masiva visualización: los
estudiantes de universidades. O siendo más exactos, aquellos que deben
presentar sus cortometrajes de cara a graduarse en universidades como la
Ringling College of Art and Design de Estados Unidos o la ESMA (École
Supérieure des Métiers Artistiques) de Francia, por decir dos al azar. A veces
mudos y sin diálogos, a veces con estilos personales y a veces presentados
propuestas que van de lo filosófico a lo divertido o lo reflexivo, estos
trabajos no solo permiten dar su nombre a conocer, si no llegar a una meta que,
de hacerlo lo bastante bien, les abrirá las puertas de la industria del cine en
calidad de diseñadores de efectos visuales. Dicho de otra forma: alumbrar unas
nuevas formas de asombrar al público en grandes producciones y
superproducciones creando personajes animados, o planetas lejanos, seres
alienígenas y demás parafernalia que deambula por el cine de ciencia ficción y
fantástico, pero que también es extensivo al cine de terror en materia de
espectros, espíritus, demonios y demás monstruos. Usando unos ordenadores y
mucho de ingenio, los cortometrajes estudiantiles se convierten así en una especie
de aperitivo, un primer entrante de lo que con el paso de los años tal vez sea
una brillante carrera que brinde momentos inolvidables para millones de
personas, haciéndola eterna a una generación de espectadores (o quizá a
varias). Porque si una larga caminata comienza con un solo paso, una carrera en
efectos especiales comienza con un examen. Uno sin lápiz ni papel.
Nº De Serie: NC/TCM/00493. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Viernes, 21 de abril de 2017.
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