“Criticaen25” es un punto de encuentro para todos los cinefilios, habitantes del séptimo planeta del sistema solar de las artes. Una propuesta amena y divertida a la par que abierta al debate y a la reflexión en la que, tan diariamente como sea posible, se irán comentando películas de todos los tiempos, con independencia de su género o fama. Un lugar en donde relajarse y disfrutar de un rato agradable en buena compañía.

Muros que Embrujan

MUROS QUE EMBRUJAN


 Es tal vez, y con diferencia, la mejor descripción que jamás nadie da sobre lo que significa la cárcel, la que el bueno Ellis Boyd ‘Red’ Redding le comenta a sus compañeros en Cadena Perpetua [Frank Darabont, 1994]. Sus palabras sobre estar “institucionalizado” son lo que define el género carcelario, que a lo largo de los largos ha dado para mucho (y seguramente dará para mucho más). Desde Encerrado [John Flynn, 1989], pasando por Libertad para Morir [Deran Sarafian, 1990], y de ahí a Huracán Carter [Norman Jewison, 1999] y a Fortaleza Infernal [Stuart Gordon, 1992], sin olvidar títulos clásicos como El Rompehuesos [Robert Aldrich, 1974], La Gran Evasión [John Sturges, 1963] y American Me (Sin Remisión) [Edward James Olmos, 1992], la cárcel tiene un fuerte componente entre misterio y degradación humana, a sabiendas de que sus películas describen un mundo al margen de la sociedad donde las agujas del tiempo sencillamente se paran, y cuantos allí habitan quedan apartados del devenir de la sociedad y sus avances. Bien sea en la Tierra o el espacio, y ya se trate de dramas como de comedias (como Condenados a Fugarse [Ted Demme, 1999]), las películas ambientadas entre sus barrotes y muros son en si mismo, en una extraña paradoja con la vida real, un terreno apartado del resto de demás géneros, un universo encerrado en si mismo y en los códigos que rigen lo que ocurre dentro de sus muros, aún cuando estos no existen de forma física (tal que en La Leyenda del Indomable [Stuart Rosenberg, 1967]). E incluso cuando estos códigos son cuestionados por el propio alcaide de la misma, como en Brubaker [Rosenberg, 1980], una peli carcelaria no pierde ni un ápice de su fuerza. Tal vez por lo brutal de un mundo donde habita lo peor de la sociedad (y a veces, lo injustamente atrapado en él). O tal vez porque, como decía el bueno de Red, los de la cárcel son muros que embrujan.

 Nº De Serie: NC/TCM/00435. Escrito Por: The Cineman.
 Publicado El: Viernes, 24 de febrero de 2017.

 Valora el artículo

No hay comentarios:

Publicar un comentario