Publicado El: Miércoles, 17-Feb-2016. Nº De Serie: C25/TCM/0000407.
Vista En: Antena 3, lunes 9 de abril de 2001.
Título Original: Braveheart.
Director: Mel Gibson.
Guión: Randall Wallace. Género: Drama.
Música: James Horner. Fotografía: Josh Toll.
Decorados: Peter Howitt. Vestuario: Charles Knode.
Productoras: Icon Entertainment International, Icon Productions, The Ladd Company y B.H. Finance C.V. Presupuesto: ±78.000.000 $.
Productoras: Icon Entertainment International, Icon Productions, The Ladd Company y B.H. Finance C.V. Presupuesto: ±78.000.000 $.
País: USA. Año: 1995. Duración: 178 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Mel Gibson
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William Wallace
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Brendan Gleeson
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Hamish
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Patrick McGoohan
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Longshanks, Rey Eduardo I
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Peter Hanly
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Príncipe Edward
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Sophie Marceau
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Princesa Isabelle
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Angus Macfadyen
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Robert Bruce
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Stephen Billington
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Phillip
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John Kavanagh
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Craig
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Alun Armstrong
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Mornay
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Catherine McCormack
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Murron
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David O’Hara
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Stephen
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Ian Bannen
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El Leproso
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: A inicios del siglo XIV, William Wallace es
un escocés que tras el cruel asesinato de su esposa Murron, declara la guerra a
Inglaterra y al propio rey, Eduardo I, un déspota que hará cuanto sea necesario
para destruir todo intento de rebelión, pero cuanto más intenta matar a Wallace
éste más fama adquiere, convirtiéndose de ese modo en un símbolo para toda
Escocia.
Crítica: Segunda película de Mel Gibson tras El Hombre
sin Rostro [1993], en la que recrea la vida y obra de un hombre atrapado por el
salvajismo de una época brutal y sin cuartel alguno, donde la sangre se derrama
con la facilidad con que se respira (el propio asesinato de Murron, mostrado
sin rubor alguno: un mal presagio cuanto acontecerá en el futuro). Una duración
excesiva pero no amuermada confieren a la película un sentido del ritmo bien
hilado, donde conspiraciones y momentos de relax tienen cabida, cuidando cada
detalle con un celo desmedido (James Horner, en una de esas composiciones que
definen toda una carrera; Sophie Marceau, extraordinaria en su fragilidad;
Wallace y Hamish, retándose a lanzar piedras: de los pocos momentos donde uno
puede reírse muy a gusto). Compleja y a veces demasiado visceral, sus
carnicerías pueden resultar tan creíbles como a la vez desagradables, mientras
el guión de Randall Wallace le da unos matices a sus personajes que van de lo
risible a lo demoniaco, separando y con creces a unos de otros (Patrick
McGoohan, el mal en su estado más puro; su hijo, sospechosamente amanerado; los
nobles de Escocia, haciendo de la ambigüedad su arma de supervivencia...o no).
Una superproducción que incluso en los momentos más repelentes consigue llegar
a cierto grado poético u obsceno, según se mire, haciendo de la lucha por un
futuro un campo de batalla sin concesiones (Wallace y sus soldados, haciendo el
calvo más multitudinario del cine; una mano, dejando caer un pañuelo; Ian
Bannen, igualando a McGoohan en lo que a villanía se refiere). Braveheart es, a
pesar de alguna licencia histórica, una rotunda muestra de cine elevado a la
enésima potencia, con algún defectillo incluido (la voz en español de Gibson:
no es la habitual suya, oída en Arma Letal y tantas otras), pero con un poder
evocador que la hacen épica y justifican la existencia del séptimo arte.
La Puntilla: El más pequeño de los actos a veces puede desencadenar
la más violenta de las revoluciones.
Mi
Valoración
★★★★★
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