Ben-Hur [1959]

 Publicado El: Martes, 19-Ene-2016. Nº De Serie: C25/TCM/0000359.

 Vista En: Cines Los Prados (Oviedo), viernes 3 de abril de 2015.

 Título Original: Ben-Hur.

 Director: William Wyler.

 Guión: Karl Tunberg, basado en la novela homónima de Lee Wallace, publicada en 1880. Género: Aventuras.

 Música: Miklos Rozsa. Fotografía: Robert Surtees.

 Decorados: Hugh Hunt. Vestuario: Elizabeth Haffenden.
 Productora: Metro-Goldwyn-Mayer. Presupuesto: ±15.900.000 $.

 País: USA. Año: 1959. Duración: 212 minutos. Color.

Reparto:	Personajes:
Charlton Heston	Judah Ben-Hur
Stephen Boyd	Mesala
Jack Hawkins	Quinto Arrio
Martha Scott	Miriam
Cathy O’Donnell	Tirsa
Haya Harareet	Esther
Hugh Griffith	Sheik Ilderim
Sam Jaffe	Simónides
Finlay Currie	Baltasar
Frank Thring	Poncio Pilatos
George Relph	Tiberio César
André Morell	Sexto

 (Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)

 Argumento: Judah Ben-Hur es un comerciante judío al que Mesala, un viejo amigo suyo, acusa de un crimen que no cometió. Condenado a galeras, logra su libertad tras salvar a un tribuno de Roma. Convertido en hombre de éxito, vuelve a Judea para vengarse de Mesala al tiempo que busca a su madre y a su hermana, que habían sido condenadas al igual que él.

 Crítica: Grandilocuente recreación de una de las épocas más fascinantes de la historia a través de los ojos de un Charlton Heston pletórico (luciendo una, para el standard de esos años, envidiable forma física) comandando un elenco en el que todos alcanzan unos niveles encomiables (el primer encuentro entre Ben-Hur y Mesala, balanceándose entre la pura amistad y la homosexualidad encubierta, cuya dualidad marcará a ambos en adelante), y hace gala de unos más que magnos decorados, patentes desde el primer minuto (la panorámica nocturna de cierta aldea, y cierto acontecimiento; las visuales de Roma y de la Judea de Cristo). Una película que peca de extensa (¡casi cuatro horas!) y de ambiciosa, pero cuyos resultados superan con creces a sus expectativas, y en la que, descontando ciertos defectos (las batallas navales, que rezuman el inconfundible olor de maqueta y piscina), sus virtudes la hacen un lujo para los sentidos (Cathy O’Donnell y Haya Harareet, insoportablemente bellas) y se permiten el lujo de alardear de una puesta en escena desbordante (la carrera de cuádrigas, de una constante tensión; Ben-Hur en las galeras; la fiesta en la mansión de Quinto Arrio). Así mismo, su cuidada atmósfera sumerge del todo al espectador en una época convulsa, donde la crueldad campa a sus anchas (Mesala, explicando a Ben-Hur cierta decisión; los soldados romanos; el Valle de los Leprosos, descorazonador) y la bondad aparece escasamente (Ben-Hur, siendo atendido por un hombre de espaldas para que beba agua; su posterior reencuentro, tiempo después). Un relato de injusticia, venganza y superación marcado a fuego por el carisma de su protagonista (Ben-Hur, salvando al que era su enemigo; sus escenas con Esther) y cierta revisión histórica (Ben-Hur, asistiendo a cierto juicio y a cierta condena). Un largometraje que puede ser resumido en apenas unas pocas palabras: “Grande. Muy grande. ¡Enorme!”. 

 La Puntilla: ¿Y todo por una jodida teja?. ¡Por el amor de dios!, ¿pero es que tanto costaba arreglar el tejado?.

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