“Criticaen25” es un punto de encuentro para todos los cinefilios, habitantes del séptimo planeta del sistema solar de las artes. Una propuesta amena y divertida a la par que abierta al debate y a la reflexión en la que, tan diariamente como sea posible, se irán comentando películas de todos los tiempos, con independencia de su género o fama. Un lugar en donde relajarse y disfrutar de un rato agradable en buena compañía.

Vivir para Matar

VIVIR PARA MATAR


 España e Irlanda tienen un detalle común. De la misma manera que lo tienen Réquiem por los que Van a Morir [Mike Hodges, 1987] y Días Contados [Imanol Uribe, 1994]. Porque salvando distancias y motivaciones, tanto Mickey Rourke como Carmelo Gómez están dando vida a terroristas, uno del IRA y el otro de ETA. Dos movimientos que durante años y bajo consignas distintas, azotaron Europa con la virulencia del odio y de la muerte en forma de atentados y de ejecuciones sumarísimas, de víctimas tiroteadas en plena calle y de coches y viviendas volando por los aires. Una pesadilla que dejó un reguero de muerte y sangre más que abundante y que, a pesar de su cese y desarticulación con el tiempo, el cine se ha interesado por ambos (más por uno que por otro) de forma diversas a modo de amarga realidad vivida en antaño por un lado, y a modo de impedir que algo así pudiera repetirse por otro. Desde Lejos del Mar [Uribe, 2015] a La Sombra del Diablo [Alan J. Pakula, 1996] pasando por The Boxer [Jim Sheridan, 1997] y otras como Impensable [Gregor Jordan, 2011], Domingo Negro [John Frankenheimer, 1977] o Arlington Road: Temerás a tu Vecino [Mark Wellington, 1999] entre muchas más, el terrorista irónicamente es igual que un depredador que vive para matar a otros. Más allá de razones y motivaciones como de convencimientos sociales, ideológicos o religiosos, un terrorista es un ser que ha pasado el último umbral y para el cual toda vida es algo manipulable y prescindible (igual que el interpretado por Robert Forster en Delta Force [Menahem Golan, 1986]) a fin de que el mundo sea como él así quiere que sea, y que prefieren morir y ver arder el mundo a deshacerse de sus convencimientos (El Pacificador [Mimi Leder, 1997]). Y, por eso mismo, es la antítesis de lo que significa estar vivo y pertenecer a la humanidad. Porque no existe nada más contrario a la raza humana que vivir para matar.

 Nº De Serie: NC/TCM/00576. Escrito Por: The Cineman.
 Publicado El: Lunes, 3 de julio de 2017.

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