A VER QUIEN ES EL GUAPO QUE SE ATREVE
Si una cosa ha quedado clara
desde noviembre de 2008 en adelante, es que España es pródiga en una serie de
corruptelas políticas que ríase usted de las tramas familiares e intrigantes de
los culebrones venezolanos o de las series al estilo Falcon Crest [1981].
Aunque alguna película y miniserie de televisión ha habido al respecto como El
Hombre de las Mil Caras [Alberto Rodríguez, 2016] o Mario Conde, los Días de
Gloria [Salvador Calvo, 2013], todo intento por plasmar la corrupción política
española en el cine tiene dos defectos de base: primero, la exacerbada cantidad
de casos que implican a políticos y a banqueros y demás gente de poder de todas
las afiliaciones, y segundo, que el cine, a principios del siglo XXI, aún
depende del ICO (Instituto de Crédito Oficial, una ramificación del Ministerio
de Economía), por lo que exponer las miserias y negruras de un país queda un
poco difícil cuando es el propio cine el que depende financieramente del estado
(a diferencia de Hollywood, que por más que se le pueda criticar en muchas
áreas, son una entidad privada e independiente del gobierno, y por tanto no
depende de fondos públicos para existir como tal). Algo que, con honrosas
excepciones mediante crowdfunding como Reverso [Carlos Martín, 2015], o el
díptico La Herencia Valdemar y La Herencia Valdemar: La Sombra Prohibida [José
Luís Alemán, 2010] (primera producción española de financiación no-pública),
dificulta cualquier intento de expandir a nivel creativo algo tan importante
para cualquier país como es su cultura (porque el cine lo es, y el que piense
lo contrario no sabe de lo que habla). De ahí que, a pesar de lo grandioso del
ciñe español, hay temas que evidentemente no se podrán tocar. Porque claro, a
ver quien es el guapo que se atreve a pedir dinero para una película cuyo
contenido pueda ir en contra de la misma
gente a la que uno tenga que ir a pedir dicha financiación.
Nº De Serie: NC/TCM/00532. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Miércoles, 24 de mayo de 2017.
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