MEMORIAS DE LO QUE NUNCA PASÓ
Si el cine ha demostrado algo a
lo largo de los años, es que cuando ocurre un viaje en el tiempo y el pasado
cambia, siempre hay alguien que consigue de alguna manera librarse del influjo
de ese cambio para recordar lo ocurrido. Algo que sucede en Timecop (Policía en
el Tiempo) [Peter Hyams, 1994] y en Frequency [Gregory Hoblit, 2000], como
también en Atrapado en el Tiempo [Harold
Ramis, 1993] y más obviamente en la saga Regreso al Futuro [Robert Zemeckis,
1985, 1989 y 1990], aunque también en cosas de serie B como en El Experimento
Philadelphia 2 [Stephen Cornwell, 1993]. Que el tiempo tiene la rara habilidad
de afectar a la gente de diversa manera, de forma que si por un casual alguien
decide jugar malamente con él, siempre hay algún elegido para corregir el
desaguisado, capaz de recordar lo que los demás no saben o sí sabían pero se
cambió, al estilo de Prince of Persia: Las Arenas del Tiempo [Mike Newell,
2010] o de la serie Siete Días [1998]. Guardando recuerdos de lo que jamás
pasó, los viajeros del tiempo se convierten en una anomalía en si misma, moviéndose
entre espacios y tiempos distintos o entrelazados de forma que, ajenos a ese
acontecimiento alterado, pueden ponerlo en su lugar en un intento por evitar
que el resto de la historia sufra las consecuencias (El Ministerio del Tiempo
[2011] o la serie animada La Brigada Temporal [2001]). Y es que, más débil de
lo que parece y también con muchas más alternativas de las que se pueden
imaginar, el continuo espacio-tiempo necesita de gente especial que no solo
pueda viajar por su flujo de un lado a otro del tiempo, si que también estén
capacitados para salvarlo de aquellos peligros que, de no corregirse, harán de
lo conocido algo irreconocible (la saga Terminator o El Sonido del Trueno
[Hyams, 2005]). Un ejemplo palpable y evidente de la gran necesidad de gente
que conserven sus memorias de lo que nunca pasó.
Nº De Serie: NC/TCM/00543. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Domingo, 4 de junio de 2017.
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