IMPERDONABLE
Que la policía pueda detener a
un falso culpable por haberse equivocado es algo terrible. Y que el juez que lo
procesa le condene por unos crímenes que no ha realizado, es todavía peor. Pero
que a sabiendas de haberse equivocado en la detención mantengan la farsa contra
esa persona aún cuando el juez ya dictase sentencia de prisión por la sencilla
razón de que si admitieran que se equivocaron su sistema se vendría abajo, eso
es sencillamente imperdonable. Y es lo que hace de En el Nombre del Padre [Jim
Sheridan, 1993] no solo uno de los éxitos más hirientes de la década de los 90,
si no una de las mejores y más viscosas vilezas morales en la recreación de un
sistema legal corrupto y despreciable que no solo comete una tropelía que
cuesta la libertad a varias personas, si no la satrapía de mantener a lo largo
de unos 15 años la condena contra los imputados a fin de asegurarse que jamás
se supiera la verdad. Una realidad incómoda y desagradable, perversa e
indigesta que pone de relieve lo decadente de un sistema de justicia que nada
tiene de justo, y un sistema legal que irónicamente acaba cometiendo las peores
ilegalidades con tal de no reconocer públicamente sus cerrazones y sus odios
viscerales, y que la en teoría imparcialidad y ecuanimidad en su proceder
existe solo sobre el papel. Desde policías que matan a gente delante de su
mujer e hijos en un coche y quedan libres de cargos hasta revueltas en plena
calle como el incidente de Philando Castile a cosas todavía más serias e
igualmente repugnantes, el cine ha sacado más de una vez, y no solo en el film
de Sheridan, que la policía no siempre es la fiel defensora de la gente (el que
crea que justicia y ley son la misma cosa que se lo haga mirar), como Un Hombre
Inocente [Peter Yates, 1989] o Cadena Perpetua [Frank Darabont, 1994]. Porque es
difícil que exista algo más imperdonable que una ley cometiendo todo tipo de
ilegalidades.
Nº De Serie: NC/TCM/00558. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Sábado, 17 de junio de 2017.
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