LA ELEGANCIA DEL AMOR Y LA MUERTE
Romances trágicos e imposibles.
Intrigas novelescas. Triángulos de pasiones y de mentiras. Un exquisito
refinamiento para vestirse. Y seres de ultratumba apareciendo por doquier a su
antojo. Esos son los rasgos más característicos de un periodo de tiempo que
comprende entre 1837 y 1901, marcado tanto por la revolución industrial como
por la proliferación de escritores y novelas que han trascendido fronteras. Y
es que la Época Victoriana es en si misma la quintaesencia de lo que supuso
para el mundo el siglo XIX a todos los niveles de la humanidad, y que el cine
en incontables ocasiones ha retratado tanto a un lado de la balanza (el
progreso, biografías de gente famosa, invenciones y aventuras de casas
encantadas) como al otro (las pésimas condiciones de vida e higiene de la clase
obrera, la terrible situación de las mujeres, el abuso de poder y las distintas
guerras). Un mundo que avanzaba a pasos agigantados a la mecanización y al
racionalismo, que se resistía a dejar atrás sus cuentos de fantasmas y espíritus
así como las apariciones sobrenaturales, dando de esa manera el caldo de
cultivo perfecto para experimentos científicos que con el tiempo cambiarían el
mundo civilizado, pero también para narrar aventuras y vivir apasionadas
historias de amor con mucho de misterio, algún fantasma en busca de venganza,
todo ello con una elegancia y una moralidad aceptable en su momento, algo
cuestionable a posteriori, que matizaba una era convulsa y excitante llena de
profundos cambios. Desde terror a comedias y de dramas a biografías reales, la
Época Victoriana es el mundo de ficciones como Sherlock Holmes y de realidades
como Edgar Allan Poe, de la era del vapor, de poemas como los de Alfred
Tennyson y de unas cuantas películas de Vincent Price. Un mundo desaparecido, pero
aún así siempre vivo, donde lo que premiaba era la elegancia. Y relatos de
seres de ultratumba apareciendo por doquier.
Nº De Serie: NC/TCM/00519. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Domingo, 14 de mayo de 2017.
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