PROPAGANDA (AZUZANDO A LAS MASAS)
Al final de Sherlock Holmes y la
Voz el Terror [John Rawlins, 1942], el propio Sherlock comenta a Watson una
profunda reflexión sobre el viento del este*. Dicha reflexión no es baladí ni
casual, ya que en las películas que hizo Basil Rathbone sobre el genial
detective en los años 40 contaban al final con una reflexión para azuzar a las
masas. Con la Segunda Guerra Mundial sacudiendo la civilización conocida hasta
sus cimientos, los gobiernos del mundo libre se pusieron de acuerdo para que el
cine fuese un arma propagandística a fin de inspirar a los jóvenes para ser
soldados, y para que las mujeres se apuntasen a las fábricas para construir
armas y material bélico. Una práctica que incluso los mismísimos Walt Disney y
Tex Avery realizaron en algún cortometraje con el objetivo de oponerse a la
amenaza de Hitler, pero también de animar a la guerra y a pelear en contra del
nazismo. Porque en un mundo donde la guerra es el principal negocio que más
dinero gasta por encima de cualquier otro, no hay mayor interés en los países
que tener el favor del pueblo llano para que la apoye y la vea como algo
razonable y heroico. Algo que cambió debido a la Guerra de Vietnam, cuando las
cámaras de TV filmaron por primera vez en la historia un conflicto bélico
armado y entonces la gente vio en toda su crudeza qué les habían hecho apoyar.
Y cuando posteriormente pasó lo mismo en la Operación Tormenta del Desierto y
las que hubo después, la propaganda ya no funcionaba como antes porque, a
diferencia de los años 40, el pueblo llano sabía qué era la guerra por haberla
visto muy explícitamente. Y ya no hubo frases bonitas ni reflexiones profundas
para animar a las masas a que hallasen inspiración para crear un futuro mejor o
sentir que cualquiera podía marcar la diferencia. Un arte, que al margen de
guerras, nunca debió perderse. A fin de cuentas, un mundo mejor siempre
necesita frases que lo inspiren.
Nº De Serie: NC/TCM/00595. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Miércoles, 19 de julio de 2017.
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