ALAS QUE NO SIRVEN PARA VOLAR
Una de las imágenes más icónicas
de la ciencia ficción no solo de los años 70 si no del género en general (valga
la redundancia) es cuando Luke Skywalker y el resto de pilotos despliegan las
alas para atacar a la Estrella de la Muerte en la primera película de Star
Wars. Emocionante e impresionante (sobretodo en posteriores reediciones, donde
se mejoró la imagen y el detalle)...pero al mismo tiempo completamente inútil.
Al fin y el cabo, ¿por qué necesitar alas para planear en un sitio donde no hay
viento ni gravedad que pueda afectar a tu vuelo?. Sí, en Yavin o en Hoth tal
vez tengan su funcionalidad, pero eso se termina una vez se entra a un sitio de
movimiento perpetuo, sin gravedad a modo de freno constante ni oxígeno qué respirar
y que proporciona densidad y maniobrabilidad a las naves. Y en muchas películas
de ciencia ficción, no es raro ver que las naves poseen algún tipo de ala, como
si sirviera para algo. No es de extrañar dado que, con lo insertado que está el
concepto de las alas al hecho de volar, incluso los futuros más alejados
incurran en errores básicos a la hora de retratarlos, por una sencilla cuestión
de información no percibida al darla por válida sin pensársela dos veces. De
ahí que, hasta en las películas más vanguardistas y famosas puede encontrarse
un fallo de diseño elemental y tan antiguo como el poner alas a una nave
espacial (que sería tan útil como ponerle esquíes a un coche para circular por
una montaña de pura roca). Los vípers de Galáctica, Estrella de Combate [1978]
o las naves Klingon de la saga Star Trek son buenos ejemplos de un diseño que,
aunque procuran ser lo más extraterrestre posible, en el fondo solo se limitan
a imitar modelos humanos de transporte aéreo. Y, al margen del año del que se trate
o del medio en el que aparezca (cine, series, videojuegos), a buen seguro que
alguien verá con buenos ojos ponerle alas a una nave espacial. Como si sirviera
para algo.
Nº De Serie: NC/TCM/00593. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Lunes, 17 de julio de 2017.
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