“Criticaen25” es un punto de encuentro para todos los cinefilios, habitantes del séptimo planeta del sistema solar de las artes. Una propuesta amena y divertida a la par que abierta al debate y a la reflexión en la que, tan diariamente como sea posible, se irán comentando películas de todos los tiempos, con independencia de su género o fama. Un lugar en donde relajarse y disfrutar de un rato agradable en buena compañía.

El Enemigo más Implacable

EL ENEMIGO MÁS IMPLACABLE


 Nadie la ha visto. Y nadie la verá jamás. No puede pesarse, olerse y tampoco comerse. Y sin embargo, sin ella la vida se convierte en un cascaron vacío sin más sentido ni objetivo que causar daño. A fin de cuentas, la conciencia tiene su reino dentro de lo que se podría llamar “sentidos no-físicos”, al margen de vista, gusto, olfato, oído y tacto, compartiéndolo con el sentido del ridículo, el de la vergüenza, el del humor y el del honor entre otros. Pero a diferencia de los demás, la conciencia tiene un don único: el de la consciencia. O dicho de otro modo, el de ser plenamente consciente de haber hecho un acto atroz y sentirse responsable de ello. Algo que, sobretodo en el género policiaco ya sea en pantalla grande o en la pequeña, es la pieza clave y el arma definitiva tanto para resolver el caso como para dar con el asesino/ladrón/terrorista de turno. Es la herramienta que hace al irracional, al obcecado, al obsesionado y al absorbido en su cerrazón dar un paso atrás para, simple y llanamente, ver que ha hecho algo que no debía hacer. Independientemente de motivaciones y de causas que causaron el robo, el secuestro, la agresión o el asesinato en cuestión, tarde o temprano, excepto que uno sea un sociópata sin respuesta emocional, se acabará enfrentando al enemigo más implacable: no tanto a la ley para condenarlo (que lo hará), como a su conciencia para atormentarlo (que lo hará aún más). Una potente y psíquica bofetada que, haciendo ver la luz, se alza como un enigma irresoluble tanto el qué es exactamente y cómo funciona, pero sí sabe a la perfección como actúa y lo que es capaz de hacer cuando, tras hacer algo atroz el causante entiende, con una ecuanimidad que antes no poseía, dejar de ver el árbol para ver el bosque. Un rasgo que pese a los años del cine y a su infinidad de títulos (imposible decir uno solo) siempre permanece inamovible. Excepto si uno carece de respuesta emocional.

 Nº De Serie: NC/TCM/00587. Escrito Por: The Cineman.
 Publicado El: Jueves, 13 de julio de 2017.

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