SE NOTA EL TRUCO
El experimento es sencillo. Pero
requiere paciencia: ve al cine a ver una peli de ciencia ficción o fantástica,
algo que requiera de unos efectos especiales más que necesarios. Luego deja
pasar diez o veinte años mientras ves nuevas cintas de ese género. Y entonces
vuelve sobre tus pasos para ver esa primera película. ¿Y qué ocurrirá?: que
notarás el truco. Lo notarás muchísimo. Tanto que se creará una duda en tu
cerebro: “¿por qué antes no lo veía y ahora sí?”. La respuesta es sencilla:
adaptación. En esos diez o veinte años en que fuiste a ver más películas de
ciencia ficción, de progreso en efectos especiales, tus ojos se fueron
acostumbrado a más refinamiento y perfección, se adaptaron a una forma más
sofisticada de crear paisajes de otros planetas, alienígenas o naves de toda
forma y tamaño. Pero al mismo tiempo adquirieron una mayor sensibilidad para
discernir y ver como se hacían antes los efectos especiales cuando dichos
métodos eran más rudimentarios. Algo que se nota de manera notoria (valga la
redundancia) en las películas antiguas, tanto las de los años 50 como luego las
de los 70 y posteriormente las de los 90 o las de la segunda década del siglo
XIX. De cartones e hilos se pasó a pantalla verde, y del color verde a
ordenadores mucho más potentes. Pero en esencia solo es el mismo truco creado con
un medio diferente, lo que lo convierte no tanto en novedad como en una
actualización de lo que ya se hacía. Y no deja de ser irónico que cuanto más
tecnificado y digital es el efecto, menos creíble acaba siendo un ojo humano,
que consigue aceptar más fácilmente dichos efectos cuando los métodos eran no
tan tecnificados y sí muchísimo más rudimentarios. Máxime en un siglo XIX donde
los ordenadores y no lo artesanal son los que dictan las normas a la hora de
crear planetas, naves y seres. Pero que, con que se deje pasar un poco los
años, el truco no solo se notará. Se notará muchísimo.
Nº De Serie: NC/TCM/00563. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Miércoles, 21 de junio de 2017.
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