SCRUTATOR VERITATIS: EL DESAFÍO
Si hay una palabra que define a
la sociedad, esa es “dogma”: la aceptación y negación de ciertos hechos o datos
históricos en función de los intereses y de la cerrazón de una sociedad
empecinada en evitar polémicas que desafíen la autoridad de los que mandan o
dictan las normas. Y a tal efecto, buscando la verdad que no el conformismo, no
es de extrañar que aparezcan personas que abrazando la heterodoxia que no la
ortodoxia dediquen sus vidas a investigar lo que la ciencia niega por afirmar
que es imposible. Estos scrutator veritatis, “escrutadores de la verdad”, no
solo se atreven a desafiar a las normas si no que, llegado el momento, el cine
da cuenta de su trabajo y de su obra para darles la razón y, aunque sea
contándolo a su manera, repasen sus vidas y lo que lograron para el mundo. Thor
Heyerdahl en Kon-Tiki [Joachim Rønning y Espen Sandberg, 2012], Percy Fawcett
en Z, la Ciudad Perdida [James Gray, 2016], y Richard Francis Burton y John
Hanning Speke en Las Montañas de la Luna [Bob Rafelson, 1990] son tres buenas
muestras, entre otras que rondan por la historia y el séptimo arte, de gente
comprometida con una causa más grande que ellos mismos, incluso cuando eso les
valiese el ridículo académico de sus colegas de profesión o el descrédito por
atreverse a buscar explicación a un hecho ignorado alegremente. Elevando el
viejo dicho «el creyente lo es cuando le conviene» a la categoría de ley
tajante y absolutista, cada época y cada generación, hasta en la Edad Media
como Nostradamus [Roger Christian, 1994] o incluso antes, la obsesión de los
poderes fácticos de mantener ciertas teorías inamovibles como verdades sagradas
ha sido el freno del auténtico y real progreso que debía haber seguido de la
humanidad. Pero como dijo Carl Sagan*, siempre habrá quien rete los dogmas,
como también un séptimo arte dispuesto a reivindicarlo. Aunque sea contando su
vida a su manera.
Nº De Serie: NC/TCM/00591. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Domingo, 16 de julio de 2017.
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