BRUJAS DE ANDAR POR CASA
Demostrando que ser bruja no era
tan interesante como dar con el amor de tu vida, la en principio perversa
Jennifer se acaba enamorando del hombre al que debía torturar, y decide
renunciar a su vida de maldades por estar junto a él. Me Casé con una Bruja
[René Clair, 1942] puede sentirse orgullosa de ser la pionera en lo que se
podría denominar “brujas de andar por casa”, en dar una imagen más benevolente
y menos perversa de las hechiceras que, en un intento por llevar una vida de
esposa y madre normales, intentan aparcar su vida mágica o por lo menos usarla
para mejores propósitos. A fin de cuentas, la película de la bellísima y
sensual Verónica Lake de los 40 fue lo que gestó la creación de la mítica serie
Embrujada [1964], donde la también bellísima Elizabeth Montgomery dio vida a
Samantha Stephens, una bruja que decide ser una abnegada esposa y madre de su
esposo Darrin y su hija Tabitha, pero que debido a las apariciones de su tía
Endora, siempre acaba recurriendo a la magia para salvar la situación. Más o
menos lo mismo que, años después, le pasaba a la tercera rubia en discordia,
Melissa Joan Hart, en su divertida pero también mágica Sabrina Spellman en
Sabrina, Cosas de Brujas [1996], metida en mil y un líos con sus tías Hilda y
Zelda y su gato parlachín Sálem. Una vida dual que alcanza su punto cenital en
Embrujadas [1998], con tres hermanas brujas que se enamoran y se desamoran sin
parar mientras buscan un trabajo como cualquier mortal más, pero que combaten
demonios y brujos negros de todo tipo a base de recetas, conjuros y demás
parafernalia. Porque sin ir de negro con sombreros picudos ni escobas voladoras
ni aquelarres satánicos, las brujas de andar por casa prueban que se puede ser
muy mujer y combinar la vida familiar con la otra más sobrenatural, a veces
cómica como en los 60 o fantástica como en los 90. ¿Qué puede decirse?...son
cosas de brujas.
Nº De Serie: NC/TCM/00516. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Jueves, 11 de mayo de 2017.
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